New York, New York

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Pov Narrador:

Nueva York, la Ciudad que nunca duerme, la Ciudad de las nuevas historias, de los comienzos, de las locuras, de los musicales, de Central Park, de Times Square. Nueva York y el ático en la Gran Manzana, el ático donde una guerra de miradas se sostenía sin decir absolutamente nada, azul contra verde, verde contra azul y casi que ambos podían jurar que el sonido de sus corazones se escuchaba por todo el salón.

Felipe la miraba de esa forma penetrante que solo él podía, Letizia lo miraba de esa forma única que a él se le antojaba besar sus labios hasta hacerla enloquecer pero ninguno se había atrevido a decir nada después de aquella confesión primera, ese profundo beso y la marcha de Jaime del lugar. Estaban solamente allí uno en frente de la otra mirándose y podría parecer ridículo porque habían tantas cosas que decir y a la vez ninguna, al final, algo inesperado rompió aquel clima y fueron las tripas de Felipe sonando, Letizia rompió en una carcajada profunda que a él le hizo maravillarse y que los hoyuelos se terminaran marcando en sus mejillas y su barbilla

L: No me digas que has venido sin comer
F: Desde ayer, tenía el estómago cerrado
L: Eres tan pero que tan idiota
F: Pero me amas
L: Pero te amo

Él la atrapo entre sus brazos riendo y volvió a besarla, profundamente, enredando sus lenguas, buscando mayor contacto entre sus cuerpos, se fueron desnudando mutuamente hasta el sofá- Felipe deberíamos pedir algo para comer-, él negó riendo, -tengo ganas de comer otra cosa -, bajo lentamente repartiendo mordiscos por el vientre de ella, notando como encogía su cuerpo hasta llegar al interior de sus muslos, paso las piernas de ella por sus hombros y la alzo de las caderas, repartió mordiscos por el interior de sus muslos y después paso la lengua por la intimidad de ella, notándola gratamente humedecida, un jadeo placentero escapo de los labios de ambos y la lengua de él se aventuro a ir mas profundo colándose en su interior, comenzando a moverse muy lentamente, remarcando cada movimiento, la giraba, la curvaba, la movía rápido y a veces lento, que tenía la sensación que en algún momento se le iba a desencajar la mandíbula, deslizo una de las manos desde la cadera de ella hasta sus pezones, pellizcándolos, sintiendo el jalón de pelo de Letizia en él, le mordió el labio vaginal y después chupo su clitoris, endureciendo aquel pequeño botón de placer. Él la estaba volviendo completamente loca y si eso es lo que buscaba, lo iba a conseguir, sobretodo, cuando sintió también dos dedos de Felipe dentro de ella, golpeando de manera repetida su punto de máximo placer con su lengua, su cuerpo se tensiono de mala manera y le golpeo en la cabeza a su marido- cariño ... oh dios... me corro cariño...- cerro las piernas dejando atrapado entre ellas a Felipe que luchaba por respirar y a la vez aumentar el placer de ella que estallaba en su cara, lamió, chupo y succiono todo hasta quedarse saciado, viendo como ella dejaba caer de forma lánguida su cuerpo en el sofá, se incorporó y beso los labios de la mujer que literalmente lo dejaba sin respiración

F: Eres mi manjar favorito desde el día que te conocí
L: Ohh callate

Se tapo la cara con las manos avergonzada aún después de tantos años y mordió a Felipe en el cuello dejándole una marca bastante visible para todas esas Evas, Marys, Gigis y demás fulanas que quisieran acercarse a su marido, porque él era SUYO y solamente suyo. Lo tumbó en el sofá entre excitada y celosa, se ato el pelo en una coleta y se arrodillo delante de él- ahora me toca a mi-, deslizo su lengua por el tronco venoso del miembro de él hasta su glande donde se entretuvo, pasando su lengua, jugando con ella alrededor, dejando pequeñas succiones y mordidas en la zona, Felipe gruñia y jadeaba, sintiendo su corazón en la garganta, la cogio de la coleta y la invitó a que fuera a más, invitación que no se hizo esperar cuando sintió la calidad boca de ella cubriendo todo su miembro- ohhh joder...-, cerró los ojos echando la cabeza hacia atrás y alzo sus caderas acompañándola en el movimiento, se sentía completamente en las nubes pero no quería que el placer acabara tan temprano, la cogió con suavidad por las axilas, gruñendo cuando sintió el abandono de la boca de ella en su miembro y la puso en cuatro en el sofá

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