Capitulo 02

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El castaño ya ocupaba su puesto en el mesón, haciendo un recuento de todas las citas que le tocaban a los dos chicos, ya que estos dos eran bastantes desorganizados como para valerse por sí mismos. Ajax jugaba con su máquina, vigilando que todo estuviera a la perfección para atender a las personas. Se supone que Wednesday debía estar haciendo lo mismo que el castaño, pero al parecer era mejor quedarse pensando en la chica linda de la otra acera.

-¿Adónde crees que vas? - Fue Eugene como siempre que notó al menor moverse con intenciones de dejar el lugar -Tienes a personas que esperan ser atendidos por ti.

-¡Voy a comprarme un gran pastel de chocolate, Eugene! No puedo esperar- Wednesday sonreía como si no hubiese mañana, pero para el menor aquellas palabras no tenían sentido, aunque la contraria estuviese feliz

-Esta chica tiene pedida la hora hace bastantes días, cuando me llamó pidió ser atendido por alguien que pudiese hacerle bien su primer tatuaje, y te recomende a ti-El castaño  frunce el ceño, no quería quedar mal con una chica tan dulce, cuando habia hablado con la desconocida sonaba demasiado jovial.

-Ajax puede hacerse cargo de ella, supe que no tiene ninguna hora en la mañana, aparte si es primerizo así puede tomarse bien su tiempo- Se coloca su abrigo por el frío del día, sonriéndole por última vez al mayor -¿Cómo se llama?

-Enid Sinclair-Suelta un suspiro sabiendo perfectamente que haría la más alta.

-¿Lo quieres tú, Ajax?

-Claro Respondió por primera vez el mayor restándole importancia.

-¿Vez? Fue fácil, Eugene, Enid Sinclair se atenderá con Ajax quien le dejará un lindo tatuaje. Ahora, me voy, adiós.

Antes que pudiese decirle algo la pelinegra salió de su tienda. Le fue inevitable no mirar hacia la otra acera, la chica linda parecía inspeccionar algunas detalles de las flores, detectando a la hermana de esta al final de la tienda, parecía apenas despistada, pero ocupaba bien su puesto en el mostrador.

Sacude su cabeza caminando hacia la cafetería, ni siquiera sabía por qué compraría un pastel, tanto pensar en la chica linda se habia convencido que también le gustaba el chocolate

Estuvo afuera por una hora y media, había aprovechado de tomar desayuno, permitiéndose todo el tiempo del mundo, sabia que Ajax podía encargarse de todo, para ser tan joven era realmente un experto, algo que ni ella misma podia negar.

Cuando entró a la tienda sosteniendo una bolsa con lo comprado, pudo notar en Eugene algo diferente. Una interrogación se plasmó en su rostro observando al momento que el menor le hablaría, pero fueron interrumpidos por la puerta de la habitación del castaño.

-¡He terminado! - Era la jovial voz de Ajax, quien con una sonrisa de lado de lado se sacó sus guantes. - Puedo decir que es el mejor tatuaje que he hecho, ni siquiera el que le hice a mi hermana se le puede comparar.

-¿Qué clase de confianza es esa, idiota? Ver para creer- Responde ella ante todos haciendo notar su presencia, deja el pastel en el mesón del mostrador donde se encontraba atrás su mayor. -Eugene, guárdalo por mientras, voy a preparar mi máquina.

Nuevamente pudo ver cómo el contrario quería decirle algo, pero primero llegó a sus oidos una queja que llamó su atención. Una dulce voz, la más melodiosa que había escuchado llamaba su atención y venía del lugar de Ajax. Fue inevitable no girar a mirar al de lentes, quien ya estaba entrando a su cuarto.

-¡Enid, le dije que tuviese cuidado con su espalda! - Fue lo único que escuchó cuando se cerró la puerta.

-¿A quién le hizo el tatuaje? - Pregunta de inmediato aún pensante de la voz que había escuchado, había sido tan dulce que caló dentro suyo.

-Atendió a la chica que tú rechazaste, déjame decirte que la chica trajo su propio boceto y ha sido lo mejor que visto últimamente, hubiese estado más que bien que tú se lo hubieses hecho- No respondió la mayor ignorándolo agachando su vista revisando la agenda.

-Ya... No hay que exagerar, Eugene, solo es otro cliente más.

-¡TU IDIOTA! DESAPROVECHASTE LA OPORTUNIDAD DE TU VID...

-Me dijeron que debía pagar aquí-Y ahí estaba aquella dulce voz nuevamente.

Se dio cuenta de las palabras de Eugene, habia sido una idiota al rechazar la cita de la mañana, ya que a la joven que le debió hacer el tatuaje no era nada más ni nada menos que la chica bonita.

Entre Flores y Tatuajes | WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora