MILA - Guido Armido Sardelli fanfic

Parte 2: 11

Atención: FULL+18⚠️

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Narra Mila

Suspiro sonriendo cerrando la puerta del departamento de Guido. Se saca la campera y me mira sonriendo. Acto seguido se acerca y me abraza apretándome fuerte contra su pecho.

- Te amo- lo escucho decir en el abrazo y sonrío -

- Te amo muchísimo muchísimo - le contesto-

Sin dejar de abrazarme me mira y me deja un beso en la frente. Lo miro sonriendo como una estúpida y se ríe.

- Que imbécil?-

- Tenés ojitos de ebria- me dice y me río -

- Estoy un poco ebria es verdad, no te voy a mentir- se ríe - necesito una ducha- hablo sacándome la campera y dándome vuelta para dejarle en el perchero-

- Vos sabes que justo yo también?- me abraza por atrás -

Apoya su cabeza en mi hombro para después dejarme un beso ahí. Le acaricio el pelo.

- Bueno, ahorramos agua?- hablo y se ríe -

- Me encanta que tengas tanta consciencia sobre la escasez del agua- me susurra y me da un beso en el cuello-

Empiezo a caminar hasta el baño y le agarro la mano para que me siga.
Llegamos y quedamos frente a frente. Nos miramos, sin tocarnos. Tiene el pelo suelto y despeinado, me encanta cuando tiene el pelo suelto y despeinado.

- Sos tan hermosa- dice y dibuja una línea imaginaria desde el lóbulo de mi oreja hasta mi clavícula-

- Vos sos hermoso- le acomodo un mechón de pelo y cierra los ojos a mi tacto- me encantas, pero me encantas tanto- hablo y me mira profundo a los ojos-

De a poco me saco la remera y la tiro en el suelo. Me mira por unos segundos y se saca la suya. Con la yema de su dedo dibuja garabatos por mi pecho  pasando por mis pezones, me estremezco, le gusta eso. Baja su tacto hasta mi pantalón y cuando se choca con esa prenda se agacha decidido para bajarmelo lento. Deja el pantalón a un lado y se queda a esa altura, mirándome, analizandome. Recorre con sus dedos, casi sin tocarme pero haciéndome sentir que penetra cada centímetro que toca, desde mis costillas hasta mis caderas.

Narra Guido

La miro, me enloquece su cuerpo, su figura, sus caderas, como se marca su vientre, el lunar que tiene abajo del ombligo, sus piernas. Me enloquece ella en general. Me enloquece que se le ponga la piel de gallina cada vez que la acaricio y sus expresiones de placer ante mi tacto.

La acaricio desde las costillas hasta la cadera, la miro. Sin pensarlo le dejo un beso por encima de la tanga y escucho su leve gemido. Eso me impulsa para correrle esa única prenda de ropa que le queda a un costado y para lamerla y chuparla sin telas de por medio. Sus gemidos se intensifican y yo gimo en su vulva porque me excita su placer, me hace extremadamente feliz complacerla. A medida que avanzo y además de lamerla la toco se estremece más y más. Cómo reflejo me agarra fuerte del pelo y tira la cabeza para atrás. Después de unos minutos se agarra de la bacha del baño y escucho en un gemido suyo mi nombre. Me vuelvo loco.

Me agarra del cuello y me hace saber que quiere que suba. Cuando quedo a su altura me agarra la cara con una mano y ataca directamente mi labio inferior, mordiendolo no tan fuerte y no tan suave, y dejandolo salir de su boca lento y sexy. Deslizo ambas manos por su cuero cabelludo desde atrás de sus orejas hasta su nuca y la pego mas a mis labios como si no quisiera que se me despegue nunca de ese beso. Me besa con hambre pero con sensualidad, como ella sola sabe besar.