OCEAN EYES

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Maggie estaba rondando por su habitación, era un día lluvioso y de fondo sonaba la canción llamada Your Power de Billie Eilish mientras esta la tarareaba. Se encontraba tumbada en la cama, con las piernas hacia arriba mientras jugaba con ellas. No tenía nada que hacer, ya había acabado las clases desde casa y todos los encargos pendientes se los había sacado de encima el día anterior, pero, había algo que le faltaba.

Hacía tres días que no veía a sus amigos. De repente, Walker le vino a la cabeza. Le gustaban las conversaciones que tenía con él y echaba de menos hechar algunas risas con él.

Cogió el móvil ubicado en la mesita de noche y paró la música del altavoz, cosa que le entristecía. Cambió de posición y se quedó sentada. Decidió escirbir al rubio.

CHAT DM:

M: ¿Hoy haces algo?

Walker no respondía, por lo que la morena volvió a abandonar la compañía de su móvil en la mesita y siguió esuchando la música de su cantante favorita.

Se aburría, miraba por la ventana y veía como la fuerza del agua que caía del cielo chocaba contra las hojas del campo y hacía que estas emitieran sonidos que por lo visto le relajaban.

Respiraba hondo, poco a poco amaba más su vida, normalizaba sus problemas y aprendía a afrontarlos. Ese momento de reflexión terminó cuando el teléfono de esta vibró.

CHAT DM:

W: Hoy no, ¿quieres hacer algo?

Maggie dibujó una sonrisa en su cara y respondió inmediatamente.

M: Claro, está lloviendo, ¿en mi casa?

W: Perf, estaré ahí a las 19.

Ambos, desde ambos sitios de las pantallas, sonrieron y se entusiasmaron por la quedada. Era la primera vez que quedaban a solas, cosa que ponía a Maggie un tanto nerviosa, pero no le quitaba las ganas de verlo.

Maggie ya iba preparada, iba vestida en un chándal y un top negro. Cómoda para la situación.

Quedaban cinco minutos para que se hicieran las siete, la morena esperaba en el salón. De repente, el timbre sonó.

Emocionada, se levantó de un salto, abrió la puerta principal y bajó corriendo las escaleras del patio ignorando la lluvia que estaba cayendo.

Abrió la gran puerta y ahí vio al rubio, con el pelo mojado y las manos en los bolsillos.

Ambos se saludaron con las miradas.

— Vamos, nos vamos a mojar — dijo Maggie.

Walker asintió y detrás de Maggie, subió las escaleras hasta llegar al interior de la casa.

Los dos se encontraban en la entrada de la casa, solos. Joana estaría fuera todo el día, por lo tanto, estarían tranquilos.

Un silencio largo los comía, pero ellos mismos lo interrumpieron.

— ¿Quieres ducharte? — preguntó Maggie.

Walker frunció el ceño.

— Vas muy mojado — dijo la chica, señalándole la ropa.

— Ah, sí... Vale — sonrió.

Antes de subir al segundo piso, Maggie subió la calefacción para que Walker no se resfriara, cosa que a este le pareció agradable. Después de ese acto, subieron las escaleras y entraron a la habitación de Maggie.

— Uhm... Ahí está mi baño — indicó — Metete y dame la ropa, la pondré en el radiador para que cuando salgas de la ducha esté seca —

— Vale, gracias —

Así pasó. Unos minutos después, ambos estaban sentados en la cama hablando. Solamente se escuchaban sus voces y la lluvia. Por mucho que aún no anocheciera, las nubes oscurecían el ambiente y eso hizo que una pequeña lámpara estuviera encendida, creando una luz amarilla y haciendo que la piel de los jóvenes resaltara y se comunicara.

Pusieron un poco de música, como no, Maggie sugirió poner a Billie Eilish, a lo que Walker asintió. Sonaba ocean eyes.

Tus ojos suenan como los de la canción — dijo Maggie.

Aquellos dos cada vez estaban más cerca, y más, y más.

Sin razón alguna, Walker sintió la necesidad de besarla. No sabía el porqué, ni tampoco sabía que le veía, solamente sabía que la quería a ella y a sus labios. Ellos dos se miraban, un silencio reinaba, no era incómodo, pero era devastador para ambos.

A Walker le estresaba, miraba los labios de Maggie, aquellos labios rosados de los que se había estado fijando durante días. Aquella necesidad de compartir su amor había sido nueva e insignificante, quería experimentarla.

Sonó ''falling into your ocean eyes''  y el rubio no se lo pensó dos veces. Cogió las mejillas de Maggie con delicadeza y se la acercó lentamente. Sus dos respiraciones chocaban produciendo una brisa caliente y enseguida, ambos labios se juntaron.

Primero, jugaban con los labios, y poco a poco, las lenguas rozaban. Era una mezcla de beso apasionado y suave.

Y así estuvieron, hasta que la canción se terminó, y se volvió a repetir otra vez, y otra vez, y otra...

Hasta que no se quedaron sin respiración, no pararon. Hasta que no se hizo de noche, no pararon. Hasta que no sintieron los labios agotados, no pararon.

Esos dos se separaron en busca de aire y mantuvieron el contacto visual.

— Me he aprendido la canción —  carcajeó Walker.

Maggie soltó una risa nasal y se apoyó en Walker, abrazándolo.

— ¿Porqué me has besado? — preguntó la morena.

— ¿Después de un beso de veinte minutos me preguntas eso? — carcajeó.

— ¿Y porqué no? —  dijo, levantándose y mirándolo con una sonrisa.

— Pues, te he besado porque te brillaban los ojos — dijo, enseguida dándole un pequeño pico — También porque me estabas poniendo nervioso — dándole otro pico — Porque me gustas — dio otro pico — Y porque eres increíble — terminó de explicar, dándole un último suave pico.

— ¿Cómo puedes decir eso de mi conociéndome desde tan poco? — dijo, dando también un pico, uniendose al juego que Walker había iniciado.

— Te conozco — habló, dándole otro pico y empezando a reír — Y quería hacerlo desde que te ví por primera vez —

Maggie negó con la cabeza y empezó a reír, se acercó al rubio y volvió a darle un largo y apasionado beso. De repente, con sus dos manos, lo apartó de ella. Cosa que hizo que Walker se confundiera.

— Tengo hambre — dijo Maggie, irónica y levantándose de la cama para ir a la cocina.

Walker carcajeó con rabia y la siguió.

— Ya he comido mucha lengua, ahora quiero... Arroz — dijo Maggie, sacando un tupper de la nevera.

Walker, el cual ahora se encontraba a su lado, dijo — Serás cabrona —

Maggie respondió con un guiño, empezando a comer.

Pero, no os preocupéis, porque dos minutos más tarde, esos dos se encontraban sentados en el sofá, volviendo a besarse.
















⭐️ Capítulo "8" finalizado.
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The Coincidence Line || Walker ScobellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora