Más de lo que crees

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- ¿Cómo? ¿Dices que he hecho más de lo que creo?

- Pues la verdad es que sí... -le sonreí con posado vergonzoso-. Realmente, viendo tus vídeos y estando contigo gravando esta tarde me he dado cuenta de cual es el tipo de persona que quiero ser. Eres muy grande y la verdad es que te admiro muchísimo, a nivel profesional, en este caso youtuber, pero sobretodo personal. 

- Ayy, ¡te agradezco muchísimo todas estas  palabritas tan tiernas! -me miró con una sonrisita y los ojos muy brillantes; se reflejaba su ilusión en ver que lo que hacía y a lo que le dedicaba tiempo era muy valorado por la gente que lo veía. Procedió a darme un cálido y largo abrazo-. 

- Gracias a ti, Melo. La verdad es que tampoco te he contado en todo lo que me has ayudado... ¿Te lo puedo contar ahora, así en plan "maruja"? ¡Me haría mucha ilusión contártelo!

- Dispara, nena -me dijo con una voz grave, retándome así de broma-.


Hice una pausa. Se notaba que me escuchaba con atención. A lo mejor le sonaba ya repetido; muchos de sus fans le dicen día a día cuanto y por qué la admiran... pero supongo que vio que ahora era diferente.

- Pues mira... -me temblaba la voz y me brillaban los ojos. Ella estaba atenta, o almenos lo hacía ver, con una sonrisa de esos tiernos labios dibujada en su rostro y los ojos achinados, para que viera que me escuchaba- Hace unos cuantos años, por no decir muchos, me enamoré por primera vez. La verdad, yo era una preadolescente medio tonta que venía de vivir una vida bastante simple, sin nada a destacar, sin una capacidad gigante de hacer amigos... Una chica muy plana, digamos, sin mucha relevancia. Me apunté a un equipo de fútbol porque quería empezar a practicarlo; me gustaba mucho. Y bueno, no sé por qué ni como... pero el primer día vi un chico. Un chico un poco regordete, con el pelo corto y una cresta bien dibujada, los ojos azules de esos que te hacen perderte en su mirada y no poder ni tampoco querer escapar... Ojos puros y cristalinos que, sin querer, se funden con los tuyos al mirarlos. Tenía el gesto de jugar bien a fútbol y, al ir vestido de calle, pude ver que tenía un buen gusto, así rebelde y chulito, al unísono con sus gestos. Me dí cuenta de que era el entrenador del equipo; ¡empezaba bien! Poco a poco me fui encaprichando, y un día... Fué extraño porque me lo presentaron... pero tengo que cambiar el pronombre; me LA presentaron.

- ¡No jodas! - me interrumpió, exclamando admirada-.

- Pues sí, era una chica -dejé ir un suspiro y proseguí-. Realmente, al principio no me planteó ningún problema el hecho de que me estuviera pillando por una chica, que fuera ella y no él... Es más, a medida que me integraba en el equipo, vi que era como algo normalizado tener una pareja del mismo sexo, en el fútbol ya se sabe... y me sentí aceptada, como que hacía lo correcto, como que sentir lo que sentía no era nada malo.

- Y no lo es -dijo, indignada-. ¿A caso alguien te ha dicho lo contrario? 

- ¿Bromeas? Estoy harta de oír depende de que comentarios.

- ¡Oh! ¿Síiii? -dijo después de quedarse boquiabierta-. ¿Quién te lo dice? Que le diré yo cuatro palabritas... Con esto no se juega, ¿sabes? Son sentimientos igual, y tal vez mucho más puros que los heteros. 

- Lo sé, y te doy la razón... pero te acabo de contar y verás el por qué. 


Hizo una cara como apenada, pensando que me había interrumpido. Le sonreí sinceramente para que viera que me encantaba que saltara de esa forma con un tema que nos tocaba fondo a las dos. Proseguí:

- Pues eso... la verdad es que fue mi primer amor platónico, porque nunca pasó nada haha y normal, porque era una cría tonta delante de una chica que me sacaba 9 años haha

Conozco a Melo (YellowMellow.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora