Sentimiento, obsesión, pasión.

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Estaba súper emocionada. No me creía nada de lo que estaba ocurriendo. Al salir de aquel restaurante todo me parecía perfecto; estaba donde deseaba estar, tal y como deseaba estar. Y, encima, con la oferta de un crítico; una oferta que me haría estar más cerca de Melo diariamente. Era como una ilusión poder pasear por mi ciudad del brazo de una persona por la cual llegué a sentir tanto... ¡Es que no me despegaba de ella! Llevábamos un rato así medio de tonteo, tipo: "agárrame del brazo que me cuesta andar sin ir de lado por culpa del último chupito que nos han ofrecido...". Ya, bueno. En verdad no digo que no a nada... y menos viniendo de esos ojitos persuasivos. Íbamos recorriendo las calles de Barcelona en busca de una discoteca en la cual "desfasarnos", según ellos, con la euforia que llevaba encima. Mientras, de bracito, Melo y yo íbamos charlando:

- ¿Sabes que me muero por escuchar la canción que llevo escrita en el bolsillo? -me dijo, con una sonrisa pícara y mirándome como de reojo-. No será lo mismo si la leo que si me la tocan... -hizo una pausa- y la canción también jajajajaj -se puso a reír como una loca, tanto que tuvimos que parar, haciendo que nos alejáramos un poquito del grupo-.

- ¿Sabes que, aunque me daba mucha vergüenza decírtelo, me muero de ganas de tocártela... y la canción también? Jajajaj -me reí yo también, acompañada de ella-.

- Qué copiona eres -me dijo-. ¿No sabes inventarte algo nuevo y hacerlo tú misma?

- Te he compuesto una canción... ¿qué más quieres? Encima se queja... -le dije, con un enfado falso, medio sonriendo. Me puse de morros, con sonrisas que me lo destrozaban por momentos, pero más o menos seguí aguantando los morros-. 

- ¡Aiii no te enfadeees! -bajó el tono de voz; me habló casi susurrando mientras se acercaba y ponía su nariz a milímetros de la mía. Levantando la barbilla varias veces como si fuera un tic, siguió-. Eres de esas personas que sólo de conocerlas ya se te ganan el corazón... 

Relajó sus labios y me sonrió. Fue una sonrisa que me llegó dentro; sin tocarme me hizo sentir algo increíble; me cautivó el alma. Me dedicó la sonrisa típica de película, la que hace la actriz protagonista al quererse ligar al "guaperas" de turno de la barra del bar. Llega a estar más cerca... Era algo sincero, muy penetrante. Realmente, no olvidaré nunca esa sonrisa. Me quedó grabada para todo lo que quedaba de noche y las mañanas que la prosiguieron. 

Después de estar unos instantes en silencio, mirándonos a medio milímetro cada una, pareciendo bloqueadas, sin saber cómo continuar, pero realmente estando en un éxtasis indescriptible, alguien desató un grito desde delante:

- ¡Espabilad, borrachas! 

Nos giramos a la vez; la voz de Omai nos hizo darnos cuenta que llevábamos demasiada distancia con el grupo. Nos volvimos a mirar, nos sonreímos mútuamente, y seguimos andando, esta vez cogidas de la mano.

Nos estuvieron esperando hasta que llegamos. Al llegar, Chupy le hizo una bromita absurda y con un poco de humor negro a Melo, y ella, de broma pero con mala leche, reaccionó yendo a darle una colleja. Me quedé un poco sola ahí enmedio, pero rápidamente me enganché al grupito que miraba como uno escapaba y el otro lanzaba tortas al aire. 

El que tenía más al lado era precisamente Omai. Se me llevó poniendo su brazo en mi hombro, y empezó a preguntarme:

- Porque... ¿cuánto lleváis juntas?

- ¿Perdón? -le dije, a trompicones, con una risa de mofa-.

- Que si llevais mucho saliendo juntas tú y Melo. 

- No estamos juntas... -me costó contestar-

- Ah, entiendo. Follamigas y eso, ¿no?

- Nooo -le dije con voz de estar más que incómoda-. ¡La he conocido hoy mismo! Hemos grabado y hablado de un par de temas que nos preocupaban, como dos chicas maduras que...

Conozco a Melo (YellowMellow.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora