"Secretos y Confesiones"

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Aitana se sentía como si flotara en una nube de euforia. El FC Barcelona Femenino había logrado la victoria en la Supercopa de España, y la emoción se desbordaba en el vestuario. Las jugadoras saltaban, se abrazaban y reían. Aitana no podía esperar para compartir la alegría con su amiga de toda la vida, Gala.

—¡Gala! —llamó Aitana, corriendo hacia ella—. ¿Quieres ir conmigo y las demás a celebrar esta victoria en una fiesta que han organizado?

Gala sonrió, sus ojos brillando con entusiasmo. Aitana y Gala habían crecido juntas en Sant Pere de Ribes, un pequeño pueblo en la costa catalana. Sus madres eran amigas cercanas, y las dos chicas habían compartido risas, secretos y aventuras desde que eran niñas.

—¡Claro que sí! —respondió Gala—. No me perdería la fiesta por nada del mundo.

Esa noche, Aitana y Gala quedaron en casa de Gala. El ambiente estaba cargado de nostalgia mientras se arreglaban frente al espejo. Recordaron las veces que se habían maquillado juntas para salir de fiesta o para las cenas familiares. Sus risas llenaban la habitación mientras compartían anécdotas de su infancia.

—¿Qué te parece este vestido? —preguntó Gala, girando para mostrarlo.

Aitana la miró de arriba a abajo, sorprendida por lo guapa que estaba su amiga. Gala siempre había sido hermosa, pero esa noche parecía deslumbrante.

—Tengo a la mejor amiga más guapa del mundo —dijo Aitana, sinceramente.

Gala se rió y le devolvió el cumplido:

—Yo sí que tengo a la mejor amiga más guapa.

Cuando llegaron a la fiesta organizada por Patri y Claudia, la música retumbaba y las luces parpadeaban. Aitana notó cómo Ona, otra compañera del equipo, tonteaba aún más con Gala. La vio tocarle la cintura, y algo se encendió dentro de ella.

—¿Por qué te toca así? —explotó Aitana, agarrando a Gala del brazo y llevándola a una habitación apartada.

Gala frunció el ceño, confundida:

—¿Qué pasa, Aitana? ¿Por qué te importa tanto lo que haga o deje de hacer?

Aitana la miró fijamente, su corazón latiendo con fuerza:

—Porque estoy enamorada de ti, Gala. No quiero que nadie más te toque o te mire de esa manera.

La habitación se llenó de tensión mientras las palabras flotaban en el aire. Gala se quedó sin aliento, procesando la confesión de su amiga. ¿Qué pasaría ahora? ¿Cambiaría todo entre ellas?

El silencio se volvió insoportable, y Gala finalmente habló:

—Deberías vigilar con lo que dices, Aitana.

Sin más, Gala salió de la sala, cogió sus cosas y se marchó a su casa. Aitana se quedó allí, sorprendida por lo que acababa de revelar a su mejor amiga. La misma presión en el pecho que había sentido cuando Gala se fue a Madrid regresó con fuerza.

Continuará...

My tears ricochetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora