A veces la vida es tres mil veces más cruel de lo que nosotros somos a veces, y es que ella ni siquiera pensó cuando decidió fingir amor por él. Inconscientemente decidió crear falsos sentimientos por caricias que resultaron ser besos que nunca dese...
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Elizabeth
Obviamente quedar con Bill nunca estuvo en los planes de hoy, sinceramente me encontraba más ocupada ahogándome con galletas y refresco mientras repasaba lo que tengo que estudiar para todos los exámenes de la semana que viene.
Ni siquiera vamos a quedar para salir o algo así, en realidad solo va a venir a visitarme hasta mi casa. Al principio me emocioné, pero cuando caí en cuenta que solo era una simple visita como las que siempre me hace, me desanimé un poco. Aún asi, me extraña el hecho de que me haya avisado primero antes de venir, pues nunca suele hacerlo.
Tampoco puedo entender muy bien su raro cambio de humor, es decir, el viernes estaba muy enojado cuando decidí pasar el descanso con Tom, incluso después de eso me aplicó la ley de hielo y me estuvo ignorando todo el fin de semana, ¿Y ahora mágicamente viene a visitarme en plan de amigos? Increíble.
Pasan los minutos mientras arreglo el desastre de mi habitación, tirando la basura y acomodando las cobijas de mi cama por si llega a entrar a mi recámara. Después decido cambiar mi ropa cómoda y holgada por algo mejor, termino optando por unos pantalones jeans y una blusa blanca de tirantes. Tampoco me voy a poner algo más llamativo o exagerado, pues Bill podría pensar que me arreglé solo porque me vino a visitar y no podemos dejar notar nuestro interés antes de que ellos lo hagan primero.
Anoten, anoten.
Cuando termino de vestirme, me deshago del moño rebelde que sujetaba mi cabello, lo peino unas cuantas veces y al finalizar dejo que descanse libremente encima de mis hombros. No me preocupo en maquillar mi rostro, solo me rocío algo de perfume encima de mis prendas y empiezo a caminar apresuradamente por la habitación, tratando de quitar el olor a fresas de mi, al menos un poco para que no note ese pequeño detalle.
Cuando no tengo nada mejor que hacer, suelto un suspiro y decido salir de mí habitación, cerrando la puerta a mis espaldas.
Mientras camino por los pasillos que hacen el recorrido hacia la sala de estar, algunos viejos recuerdos del pasado invaden mi mente. Recuerdos donde yo era feliz y alegre con la amistad que siempre tuve con los gemelos y el dúo G. Aunque no lo diga mucho, antes consideraba a Tom como uno de mis amigos, y eso hubiera seguido así si él no hubiera decidido cambiarme por una de sus aburridas noches.
Justo ahora y no entiendo porqué, pero me dió nostalgia y tristeza saber que ya no somos los mismos adolescentes de antes. Que ya no nos preocupamos en molestarnos y hacernos bromas entre nosotros, que ya no somos los chicos burlones y juguetones de antes, que a mí ya no me molestan por ser la única chica en el grupo y que cuando todos nos graduemos de la universidad, será cuando nuestras vidas se tornará de colores grises, donde nuestros días se volverán tristes y aburridos solo por el hecho de que nuestros sueños nunca podrán cumplirse.
A veces solo quisiera devolverme unos años atrás, cuando era adolescente y nada me importaba aparte de divertirme junto a mis amigos. De paso, también cambiaría algunos errores que cometí, quizás hasta podría haber aprendido a no dejarme molestar por nadie. Pero el pasado ya está hecho, ya está atrás y es ahí donde se debe de quedar.
