60⌉ Ella era sagrada

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Elizabeth

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Elizabeth

La luz solar se encuentra golpeando mis ojos con insistencia mientras trato de abrirlos. Me cubro los ojos y suelto un leve bostezo, termino acostumbrándome a la presencia de la fuerte luz algunos segundos después de asimilarlo. Varias punzadas empiezan a atacar mi cabeza con fuerza, mi cuerpo duele y es invadido por la confusión mientras empiezo a mirar a mi alrededor, tratando de recordar donde estoy.

Despierto desorientada, con la garganta seca y sintiendo hinchazón bajo mis ojos. El cuerpo me pesa y la cabeza no deja de dolerme con cada vez más fuerza.

Permanezco medio acostada en la cama y dentro de las bancas sábanas hasta que me percato de que me encuentro totalmente desnuda. El pánico me consume mientras me maldigo internamente una y mil veces.
Encuentro mi ropa esparcida torpemente por la habitación mientras la sangre sube hasta mi rostro. El aliento se me agota mientras trato de recordar esta vez con desesperación lo que sucedió la noche anterior, pero los únicos recuerdos que me invaden es el último que tengo de Tom. Y otra vez maldigo internamente.

No puedo evitar sentirme frustada mientras me levanto y voy por mi ropa con rapidez, sin darle importancia a lo sucedido. Siento el ardor en mi garganta y el temblor en mis labios mientras escucho mis propios pensamientos, mi subconsciente burlándose de mí por alguna extraña razón. Touché.

Termino por ajustarme el pantalón y una vez que ya estoy completamente vestida, comienzo a buscar mi bolso, porque realmente necesito buscar a Olive y explicarle lo sucedido, para desahogarme y por supuesto, buscar una solución a todo esto. No pienso volver a la casa de los gemelos, así que tendré que arreglarmelas para encontrar otro lugar en el cual quedarme mientras tanto. Muy pronto tendré que volver a Berlín.

Me doy cuenta de que es muy temprano para tratar de ordenar mis pensamientos y de crear planes a futuro, así que termino saliendo de la desconocida habitación luego de fallar en encontrar mis pertenencias. Mientras camino y siento como mis zapatillas golpean una y otra vez el suelo, mi alrededor da vueltas y no puedo evitar dejar de lado las náuseas repentinas que invaden mi interior. Pero supongo que es por no haber comido.

Unos minutos después llego hasta lo que parece ser una sala y luego de terminar por adentrarme hasta el interior de aquella, reprimo un jadeo de sorpresa e incredulidad luego de encontrarme a Bill, acostado boca arriba y con los labios entreabiertos mientras luce profundamente dormido y suelta algunos suaves ronquidos.

Al darme cuenta de que se encuentra solo en boxer y está semidesnudo, mis pensamientos parecen ordenarse una vez más. Las lágrimas amenazan por salir de mis ojos mientras pienso ¿Como pude ser capaz? Y también por frustración al no poder recordar nada. Reprimo un sollozo y justo cuando estoy a punto de irme, mis ojos encuentran mi bolso, el cual descansa encima de uno de los muebles. Lo alcanzo y desesperadamente busco mi celular al mismo tiempo que comienzo a salir de la sala a pasos apresurados.

𝘍𝘪𝘯𝘨𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘢𝘮𝘰𝘳 ; 𝘛𝘰𝘮 𝘢𝘯𝘥 𝘉𝘪𝘭𝘭 𝘬𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora