El fresco viento agita suavemente su cabellera ondulada mientras avanza hacia la estación central de Hamburgo, donde su tren la espera. El día de hoy va de la misma manera que ella, las nubes son oscuras y el aire violento, el día está triste y aburrido, igual que ella. En su mano tiene un par de cartas que sabe que tendrá que entregar antes de irse, las cuales también aferra hacia su vientre, como si sirviera de consuelo.
A su lado va Olive, ambas han permanecido juntas desde que la rubia se enteró de que finalmente es la hora de la partida de su amiga. Camina a su lado de la misma forma que su amiga, ambas están abrigadas con un par de gorros y chaquetas debido al frío que ha comenzado a hacer recientemente. Pero como si no fuera suficiente, se abrazan, buscando más calor, o quizás calmar la tristeza de ambas.
No pueden evitar mirarse con nostalgia y tristeza, juntar sus manos temblorosas en todo el camino mientras ambas se dedican dulces palabras como «siempre te llamaré», «iré a verte de vez en cuando» o «serás mi mejor amiga por siempre». Es triste que después de que te hayas acostumbrado a la presencia de tu amiga, de que la veas durante todas las mañanas e incluso en las noches, un día de repente tengas que despedirte y dejarla ir por años enteros solo por las ansias de querer que cumpla su sueño.
Ambas se dejan de abrazar cuando comienzan a adentrarse a la estación, encontrándose con un montón de personas que caminan a sus alrededores, algunas con intención de viajar y otras finalmente llegando hasta su destino. Elizabeth vuelve a sentir la presión en su pecho luego de recordar que en solo veinte minutos llegará su tren, el que la llevaría a la capital del país y donde seguramente ya habría comenzando a nevar un poco.
―¿Que harás cuando te vayas?―decide preguntar Olive, quien no ha parado de hablar desde que ambas llegaron a la estación. En el apartamento se ha mostrado tensa y desanimada, pero extrañamente ahora tiene bastante ganas de hablar y Elizabeth no puede evitar sentir confusión, ya que parece que trata de evitar que se vaya.
―Mi vuelo es el fin de semana. ―menciona la castaña con voz cansada, ambas se quedan en silencio y evitan mirarse al sentir el ambiente nuevamente triste―. Cuando llegue a Berlín aprovecharé el tiempo máximo con mi madre y entregaré mis exámenes finales.
Olive asiente ligeramente con su cabeza, ambas con las miradas en el suelo.
―¿Es seguro que te den la beca para Londres?―musita Olive, sintiendo el nudo en su garganta cuando termina.
―No lo sé. ―susurra Elizabeth y se encoje de hombros―. Supongo que sí obtengo las notas exigidas lo harán.
Olive le dedica una pequeña mirada antes de recargar su rostro sobre el hombro de su amiga y enrrollar sus manos alrededor de su brazo. Elizabeth apoya su cabeza encima de la suya y siente sus ojos aguarse mientras ambas siguen caminado hacia el centro de la estación. Las personas a sus alrededores caminan y pasan por sus lados con normalidad.
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𝘍𝘪𝘯𝘨𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘢𝘮𝘰𝘳 ; 𝘛𝘰𝘮 𝘢𝘯𝘥 𝘉𝘪𝘭𝘭 𝘬𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻 ©
FanfictionA veces la vida es tres mil veces más cruel de lo que nosotros somos a veces, y es que ella ni siquiera pensó cuando decidió fingir amor por él. Inconscientemente decidió crear falsos sentimientos por caricias que resultaron ser besos que nunca dese...