𝗦𝗮𝘁𝗼𝗿𝘂 𝗚𝗼𝗷𝗼'𝘀 𝗺𝗼𝘁𝗵𝗲𝗿 ── ★jjk

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 70

-ummhh-un gemido de aburrimiento se escapó de los labios de satoru, con aburrimiento juega con su balón, está vez jugaba solo y aburrido ya que su madre estaba haciendo la comida.

Sin más remedio se dirigió hacia el patio trasero, nunca solía ir allí ¿Por qué?, porque siempre solías llevarle al parque o solía jugar en el jardín delantero.

Al salir de su casa observa el jardín de su madre,con un mogollón de flores, sin ánimos comienzas a botar su balón contra la pared, era un juego bastante aburrido.

Con algo más de fuerza golpea el balón la pared, haciendo que el objeto inmediatamente rebotase contra la pared, cayendo en unos arbustos.

Con incredulidad el albino abre su boca al ver cómo su balón se había ido a los arbustos-no- dijo con pereza caminando lentamente hasta los arbustos, asustando a un pequeño ser con su balón.

Satoru se acerca a los arbustos lentamente, con una sensación extraña en su estómago, cuidadosamente asegurándose qué no haya ningún bicho o su madre ya que ella temía que algún bicho le fuese a picar.

Con cuidado coges algunas ramas y hojas del arbustos, haciéndoles a un lado, inmediatamente notando dos ojos y el balón un poco más lejos de la criatura.

Ambos se miraban en shock, satoru se encontraba en shock al igual que la maldición la cuál parecía estar ¿Nerviosa?,el corazón del albino comenzó a latir fuertemente ante la repentina aparecion de la maldición.

La maldición inmediatamente corrió a ocultarse detrás de un árbol, satoru solo observaba como se había ocultando de él.

Ríe tranquilizandose al saber que no es un bicho venenoso- un perro-dijo sin saber que era exactamente esa cosa,no tenía miedo, siempre desde que era más pequeño solía ver esas cosas cuando tú y él iba a la calle, para satoru era algo normal ya que podía verlas pero nunca les había cogido importancia, para él era algo normal, aún no sabía muy bien que las maldiciones eran peligrosas.

De forma algo extraña la maldición solo asomaba sus ojos para observar los movimientos del albino, lucía "inofensivo", sin despegar sus ojos del albino recordó como había visto muchas veces a ese hombrecillo con su humana.

De forma juguetóna satoru corrió hacía su casa, específicamente corriendo hacía su madre, necesitaba que ella viese eso.Los ojos de la maldición nunca abandonaron a satoru, había algo extraño en él.

-¡Mamá!- grito fuertemente con una risa juguetóna haciéndote dar un pequeño salto por su repentina voz.- casi me matas del susto¿Que sucede cariño?- preguntas colocando tú mano en tú pecho, sintiendo tú corazón acelerado.

- hay un perro- dijo sin saber cómo realmente se llamaba lo que estaba en su jardín, observas a satoru con confusión.-¿Un perro?¿En mi casa? Quizás se ha colado- piensas con tranquilidad, satoru extiende su mano para que pueda cogerla.

Con suavidad coges su mano siendo inmediatamente arrastrada por él, te guío por hasta el patio pero no hay señal de ningún perro.

- ¿A dónde está el perro?- preguntas confundida, él aún continuaba caminando contigo hasta los arbustos,  pero solo estaba su balón tirado en el suelo.

-Allí- dijo señalando el árbol, inmediatamente tus ojos subió un poco, quedando en blanco al ver unos ojos detrás de un árbol.

La maldición simplemente había decidido no esconderse, eras su humana, no se había acercado pero hace mucho tiempo no estas en el jardín ya que habías comprado un aspersor y ya no necesitabas regar voluntariamente tus plantas.

Abres tú boca con sorpresa al ver cómo satoru señalaba la maldición, no sabes porque debes estar en shock ¿Por qué satoru puede ver maldiciones? o ¿Por qué después de mucho tiempo habías vuelto a ver a la maldición?

Hace mucho tiempo no mirabas a la maldición, pero eso no significa que no te estuviese vigilando, cuando solías regar tus plantas siempre se encontraba escondido, observandote atentamente.

Dejas el shock aún lado y miras a satoru algo nerviosa, pensabas que se asustaría al ver a la maldición pero se encontraba muy normal.-¿Puedes verle?- preguntas sorprendida colocando tú mano en su hombro.

Claramente sabía que en algún momento comenzaría a ver maldiciones pero nunca habías pensado que lo haría tan pequeño, pensabas que todos comenzaba a ver maldiciones en su adolescencia, nisiquiera recuerdas cuando habías comenzado a ver maldiciones.

- todo ésto del mundo de la hechizeria y los hechizeros me confunde, quizás debería aprender más sobre hechizeria, se que no puedo hacer nada como ellos ¿pero toru?- piensas ya que realmente no sabía nada sobre hechizeria.

-¿Es normal que comenzase a ver maldiciones con tres años?- piensas preocupada, necesitabas preguntárselo a tú padre pero por el momento observas confundida a la maldición.

-¿Hola?-dices en un tono suave para que está no se asustara, satoru te miró con curiosidad.

- hace mucho tiempo no nos vemos- dices en un tono suave, intentando finalmente poder ver a la maldición, nunca habías cogiendo el tiempo para verle, tampoco es como sí la maldición se hubiese dejado ver.

De forma ¿Tímida? La maldición se escondió un poco más detrás del árbol.- no te haré dañó solo quiero verte- dices arrodillandote.

La maldición emitió un gemido, mostrándose un poco, su humana nunca había intentado nada contra él, en realidad le había permitido vivir en su hogar,dónde se encontraba seguro de que algún hechizero le exorcizara.

Observas con asombro como comenzaba a salir poco a poco, tenía dos ojos, y un cuerpo redondo y deforme y algo viscoso, se acercó un poco a el balón, empujándole con su cuerpo de forma suave, dejando en el una sustancia negra y viscosa.

Satoru da un pequeño paso alante, accidentalmente pisando una rama seca, haciendo que inmediatamente está crujiese, asustando a la maldición.

La cuál inmediatamente volvió a esconderse pero ahora más lejos-mamá- murmuró satoru confundido.

-Aún tiene miedo de nosotros, regresemos a casa- dices suspirando con satisfacción, por primera vez habías podido verle bien.

La pequeña maldición observa como ambos se alejan entrando a su casa- ma~ma- balbuceo, recordando las anteriores palabras de satoru.