Sindrome de estocolmo

7 2 0
                                    

El Síndrome de Estocolmo define el fenómeno de la atracción que algunos rehenes sienten hacia sus captores, con quienes se identifican, comprenden y justifican.

Este término se utiliza para definir la reacción psicológica de una víctima de un secuestro o captura contra su voluntad, en la que establece una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo con su captor.

El síndrome de Estocolmo es un fenómeno paradójico en el que la víctima forma un vínculo positivo con su captor como respuesta al trauma del cautiverio, lo cual se ha observado en diversos casos como: en secuestro, esclavitud, abuso sexual, violencia de pareja o sectas, ataques terroristas.


¿Nunca se han enamorado  de alguien que no debieron ni conocer?

2 años atrás

Mis clases particulares se acabaron hace unos minutos y me encuentro caminando a casa, como siempre el mismo camino solitario y aburrido, todo es aburrido últimamente. Estaba caminando y vi un gato cerca del parque, así que me acerque a acariciarlo, de repente escuche un ruido extraño, voltee, pero no vi a nadie, algo muy característico de esa zona, voltee mi cabeza y vi como el gato se me acercaba ronroneando, tenía la costumbre de llevarle comida así que me tenía cariño, estaba acariciando al gato cuando de repente todo se volvió negro.

Horas después

Me desperté exaltado solo para darme cuenta que estaba atado a una silla semidesnudo, mire a mi alrededor asustado, ¿dónde estaba?, ¿qué era este lugar?, ¿cómo rayos llegue aquí?, volví a la realidad cuando escuche unos pasos, eran cada vez más fuerte...y ahí fue cuando vi a ese hombre, lucia intimidante, quería gritar, quería desatarme y huir, pero no podía, solo me quede paralizado del miedo.

Presente

Mire al hombre sentado frente a mí, como siempre el me miro con una amplia sonrisa, voltee la cara para no hacer mucho contacto visual con él.

_: Cariño, tengo que trabajar hasta tarde hoy, te dejare la comida en la nevera y pediré pizza en la noche para que cenes- lo mire de reojo y note como su cara estaba seria, voltee a verlo y su expresión cambio automáticamente, fue como si fuera un robot.

Me limite a asentir y él se paró de su asiento me dio un breve beso en los labios y se despidió de mí.

Hace dos años exactamente, fui secuestrado por este hombre, al principio siempre me mantenía atado, me bañaba, vestía y alimentaba, entre otras cosas, con el tiempo comenzó a tratarme como su pareja, y pasado un año dejo su rutina de atarme, sin embargo, cuando se iba a trabajar si me dejaba atado, era una tortura, y honestamente no se en que momento comencé a quererlo, era estúpido que lo quisiera, pero aun así lo hacía.

El me trata con delicadeza, como si fuera su cosa más preciada, me da besos, duerme abrazado a mí, me cocina y dedica todo su tiempo libre a mí.

Una vez al mes me llevaba a alguno que otro lugar donde los adolescentes solían recrearse, decía que no podía estar encerrado siempre, lo curioso es que lo decía mientras sostenía mi mano fuertemente, siempre pensé que me decía indirectamente que por favor no lo abandonará con esa acción.

Un día llego más tarde de lo que solía llegar, por su olor deduje que bebió y no me equivoque, abrió la puerta y choco con uno que otro adorno de la casa, cuando por fin levanto la mirada me vio, sonrió y se me acerco tambaleando, lo mire con cara de póker.

_: Cariñito, ven aquí- se me acerco más.

_: No jodas, apestas a alcohol, mejor vete a duchar- me voltee y me dispuse a irme, sin embargó, agarro mi brazo con fuerza y me hizo voltearme

_: ¿A dónde crees que vas?, ¿acaso piensas abandonarme?, aun después de todo lo que te he dado...- me quede mirándolo atónito, ¿de qué diablos hablaba?- no lo permitiré- susurró arrastrando las palabras- ¡No permitiré que me dejes!, después de todo lo que hice para tenerte, no dejare que nadie te aparte de mi lado, ¿sabes lo mucho que me costó matar a todos los que te hacían daño?, ¿sabes lo mucho que me costó matar a tu imbécil familia?- lo mire con sorpresa, ¿qué...acababa de decir?

Después de ese día comencé a verlo de manera diferente, pero no pude evitar seguir queriéndolo, y eso se volvió peor, con el tiempo empecé a amarlo.

5 años después

_: Feliz aniversario a mi amada esposa- hice una mueca.

_: Soy hombre- lo reprendí.

_: Lo sé, pero eres tan delicado como una mujer- y con esa última palabra me besó.


Trastornos, sentimientos e invitados especialesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora