Los rayos del sol cruzaban la enorme cristalera del estudio de tatuajes y piercings durante aquella agradable mañana de primavera. Estaba resultando ser un abril realmente cálido en la ciudad.
Archer, quien llevaba algunos años trabajando en aquel lugar, estaba entretenida viendo desde el mostrador como la gente pasaba, miraba, se paraban pero no entraban. Y así se mantuvo durante largas horas hasta llegar a notar cómo le pesaban los párpados.
A decir verdad, estaba siendo una mañana algo aburrida.
La joven bufó y se levantó de la alta silla giratoria que había tras el mostrador dispuesta a buscar algo que hacer y, aunque todo estuviera impoluto, decidió que la mejor opción para matar el tiempo sería limpiar. Al fin y al cabo, debía mantener cierta higiene en aquel establecimiento.
Con esto en mente, tomó la escoba y comenzó a barrer todo el local desde el almacén hasta la puerta a la cual acabó dándole la espalda inconscientemente mientras canturreaba diversas canciones que pasaban por su mente quedando completamente ensimismada en aquellas letras que cruzaban su cabeza.
Minutos después, la pelirroja escuchó como la puerta se abría haciendo sonar una campanilla de viento que adornaba la entrada cayendo desde el techo hasta el borde de la puerta, pero la joven se encontraba lidiando con el último fino hilo de suciedad que se quedaba siempre entre el suelo y el recogedor habiéndose recorrido así casi medio estudio ya.
—Buenos días —saludó con energía ella aún sin girarse—, enseguida termino y estoy completamente libre.
—Buenos días —resonaron dos profundas voces al unísono llamando así la atención de la pelirroja.
Aquello logró hacer que se girase con curiosidad olvidándose por completo de aquel hilo de suciedad que se negaba a ser barrido y lo que vio en la puerta la dejó completamente sorprendida.
Dos hombres jóvenes parecían necesitar de sus servicios, uno de ellos, el más llamativo, era alto, muy alto en comparación a Archer. Tenía el cabello teñido de rojo fuego peinado en punta, por lo que parecía aún más alto.
En un breve vistazo pudo ver los marcados brazos del pelirrojo percatándose de que aquel bíceps podría ser tranquilame del tamaño de su propia cabeza.
Archer se fijó en que carecía de cejas y eso le hacía tener una expresión aún más seria y dura a su parecer, además era bastante pálido de piel y tenía unos expresivos y afilados ojos ámbar.
Jamás había visto a alguien así antes.
A su lado se encontraba otro muchacho casi igual de alto que él, de pelo largo y rubio ondulado con un estilo muy ochentero. Sus ojos azules brillaban aún detrás del flequillo que casi los tapaba y su rostro parecía más amable que el del pelirrojo. Al menos, no causaba tanta inquietud su presencia en el lugar.
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CHAOS UNLEASHED: The redheads saga
FanficÉsta mini-historia centrada en un AU moderno cuenta cómo Kid y Archer se conocieron. Aquella primavera sería inolvidable para ambos pelirrojos, además de para todos los que les rodeaban cambiando sus vidas de un día para otro. Y es que el destino...