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Sirius amaba los conciertos, estar en el escenario bajo la luz del reflector y poder sentir a la gente a su alrededor gritando sus canciones.

Tendrían una gira pequeña por latinoamerica, el primer país era Brasil. Hacia dos noches habían tenido ese encuentro con Remus, hacia dos noches que dormían juntos, y ahora estaban preparándose para subirse al avión.

—¡Black, Lupin, separense un poco! —chilló Snape, haciendolos rodar los ojos. Pero se alejaron unos centímetros.

—Que puta insoportable que sos, Quejicus. —Le dijo James.

La banda ya no respetaba a Severus por obvias razones, a si que habían decidido orillarlo a renunciar y así no aguantarlo el año que quedaba.

—Potter, comportate.

—Pittir, cimpirtiti. —Se burló Marlene mientras se baja del auto. —En serio, Quejicus, cállate un rato.

La rubia se puso los lentes de sol y se preparó para saludar a los fans que estaban esperando en el aeropuerto para despedirlos. Sirius bajó después, otro griterio, Remus y James fueron los últimos.

Los gritos de la gente preocupaba a Remus, pensaba que se quedarían sin voz en cualquier momento o bien quedarían sordos.

—¡Hola! ¡Hola! —gritaba Sirius estirando sus manos, la pulserita de arcoíris que una fan le regaló un tiempo atrás relucía sobre las mangas de su remera.

—¡ADOPTAME BLACK! —chilló una adolescente haciendo reír a la banda.

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Después de una hora que se pasó volando, lograron subirse al avión. Sirius tenía marcas de besos en la cara y cartitas, Marlene había conseguido pulseritas de la amistad al igual que James, a Remus lo llenaron de chocolate.

—¿De que te reís, prongs? —preguntó Marlene mientras se sentaba a su lado.

—Una flaca que le tocó la mano a Remus. —dijo, mostrándole al grupo los tweets.

—Primo, si seguís contestando tweets vas a matar a todo el fandom.

—También comenta tiktoks.

—Ah, y post de ig.

James se puso colorado.

—¡Me gusta comunicarme con el fandom! Alguien tiene que mantenerlos amados.

Sirius soltó una risa.

—Prongs, nuestro fandom recibe más amor del que puede manejar 

James negó y volvió a su celular, probablemente seguía respondiendo tweets. Reía en voz baja y negaba con la cabeza. Marlene se aburrió de burlarse de sus amigos y se fue a una esquina con los auriculares puestos.

Singer. wolfstar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora