Capítulo 11

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Denki Kaminari llegó agotado al lugar donde había dejado a Bakugou, la respiración del arquero era agitada, sus hombros subían y bajaban mientras que su boca soltaba grandes bocanadas de aire, tenía sus manos en las rodillas con la espalda ligeramente encorvada.

El principe lo miro de arriba a bajo con una ceja levemente levantada, antes de darle la oportunidad de abrir la boca Denki le dijo: — Tuve que corre lo más rápido que puede para buscarte. — soltó una última bocanada de aire antes de pararse correctamente. — Tenemos que apresurarnos antes de que Uraraka se vaya —. Concluyó para empezar a caminar hacia el palacio.

Katsuki adelanto un poco el paso para estar al frente de Kaminari. — ¿Qué se supone que tengo hace? ¿Solo darle las flores? — preguntó examinado el ramo de rosas blancas en las manos de su amigo.

— Puedes decirle un piropo al entregárselas como: "las ví y pensé en tí". — sugirió.

El heredero de Draco chasqueó, — Eso suena estúpido. — gruñó.

Denki suspiro derrotado, ni en un millón de años Bakugou sería romántico por voluntad propia. — Entonces puedes entregarlas y decirle lo que te gusta de ella después, ¿Te parece bien? — miró el rostro pensativo de su compañero.

— Está bien. — murmuró en bajó mientras tomaba las rosas.

En el fondo, Uraraka se arrepentía de haber rechazado la invitación de su amigo, después de que Deku saliera de su taller, se había quedado sola y aburrida

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En el fondo, Uraraka se arrepentía de haber rechazado la invitación de su amigo, después de que Deku saliera de su taller, se había quedado sola y aburrida. Había ordenado su taller por lo menos tres veces para pasar el rato.

Decidió irse temprano, salió de su taller y se despidió de cada persona que se topó con ella en él caminó, al toparse con Kendo le pregunto amablemente por el paradero del príncipe, le complació saber que aún estaba afuera, pero que Kirishima y Deku había llegado, eso fue un poco extraño, pero trató de no prestar mucha atención.

"Probablemente, fue a cazar o entrenar en el bosque". Pensó la morena mientras caminaba por los jardines del palacio, dirigiéndose a la salida.

Se detuvo en seco al observar a Kaminari hablar —o discutir— con el príncipe heredero, trago fuerte para después retomar su camino a la salida, tratando de ocultar sus nervios y su incomodidad.

Pudo notar a Kaminari posando sus ojos ambar en ella, los labios de su compañero rubio se movieron para decirle algo a Bakugou, con rapidez se oculto detrás de un muru, los guardias que custodiaban la entrada lo vieron con el ceño fruncido ante la rara y repentina acción.

El cuerpo de Uraraka se tensó un poco, Bakugou había empezado a caminar hacia su dirección, "el castillo está detrás de ti, obviamente va para allá, relájate", exhaló para calmar sus nervios. Un Roma de rosas blancas llamo la atención de la maga, ¿Por qué el agresivo príncipe las cargaba? Sacudí la cabeza apartando cualquier idea estúpida que pasara por su cabeza.

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