Destino Entrelazados || FREENBECKY

Parte 8

El sonido envolvente de la música resonaba en sus oídos mientras el ambiente vibrante de la discoteca la sumergía por completo.

Después de más de dos horas en el lugar, Freen notó cómo el alcohol entumecía todos sus músculos, dejándola en un estado de relajación total. Se encontraba en la zona VIP, observando a Becky bailar con Heng mientras tomaba su vaso de whisky de un solo trago, la escena resultaba hipnotizante para ella. Con la música de fondo y las luces de la discoteca iluminando la pista de baile, la excitación crecía a medida que veía a Becky moverse al ritmo de la música. Cada movimiento, gesto y mirada intensificaba la atracción que sentía por ella. En ese momento, se dio cuenta de lo mucho que anhelaba estar en el lugar de Heng.

Heng y Becky continuaban bailando, con una energía contagiosa que inundaba el ambiente. A pesar de su habitual timidez, impulsada por las copas que había tomado, Becky se sentía atrevida y decidida a disfrutar al máximo de la noche. Heng mantenía un espacio respetuoso entre ellos, y Becky se esforzaba por moverse de manera sensual, consciente de la mirada intensa de Freen sobre ella.

"Becky, vamos a tomarnos un descanso, mis pies no aguantan más", dijo Heng acercándose a Becky para que pudiera escucharlo claramente. Becky simplemente asintió en respuesta y se dirigieron hacia la mesa.

"Está haciendo mucho calor aquí", dijo Becky mientras tomaba asiento junto a Freen. Pasó su mano por su cabello para apartarlo, dejando al descubierto su cuello en un gesto aparentemente inocente, pero que no pasó desapercibido para Freen.

Su mirada recorrió involuntariamente el gesto de Becky, sintiendo una corriente de deseo recorrer su cuerpo.

Heng observó atentamente la interacción entre Freen y Becky, notando la tensión que se había creado. Decidió intervenir de manera sutil, golpeando ligeramente la mesa para llamar la atención de Freen.

Con una sonrisa en el rostro, dijo: "Está bien, tengo que ir un momento al baño. Disculpen señoritas, vuelvo enseguida", antes de retirarse.

Después de que Heng se retiró, Freen se acercó sigilosamente a Becky y susurró provocativamente en su oído "Se mueve muy bien, señorita Armstrong", mientras rozaba levemente sus labios en su piel. Las mejillas de Becky se encendieron instantáneamente.

Becky, sintiéndose un poco cohibida por la intensa mirada de Freen, decidió cambiar de tema. "¿Le puedo traer otra bebida?" dijo, dirigiendo su atención al vaso vacío que minutos antes estaba en manos de Freen.

"No" respondió Freen sin apartar la mirada de ella.

"Entonces... Yo tambien voy al baño," anunció Becky, levantándose de su asiento con rapidez.

Una vez en el baño, alejada de la intensa mirada de Freen, Becky cerró los ojos y respiró hondo, intentando calmar sus emociones. El sonido de la puerta abriéndose y cerrándose resonó en el silencio del baño.

"¿Está todo bien, Rebecca?" preguntó Freen.

Becky dio un pequeño brinco en su lugar, abriendo los ojos y mirando a Freen a través del espejo, quien la observaba con la misma mirada depredadora que tendría un cazador hacia su presa. Becky tragó saliva, su cuerpo se estremeció y un nudo de nerviosismo se instaló en su estómago.

"Señora... Por Dios, qué susto me dio. Yo... la espero afuera," exclamó Becky, dándose la vuelta y dirigiéndose hacia la salida.

Sin embargo, esta vez Freen fue más rápida y antes de que Becky llegará a la puerta, la tomó de la mano y la atrajo hacia su cuerpo, rodeándola con firmeza por la cintura.

Becky sintió un escalofrío recorrer su espalda al estar tan cerca de Freen, sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo. La mirada intensa de Freen la atrapó, haciéndola perderse en sus ojos. En ese momento, todo a su alrededor desapareció, quedando sólo ellas dos inmersas en una corriente de emociones que las envolvía por completo.