Capítulo 8: Revelaciones.

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Jadee con fuerza, sentía aun mi corazón a punto de explotar, mis nervios estaban de punta aun cuando ya estábamos en un sitio... Seguro.

Mi cabeza me estaba doliendo de una manera brutal, como si, sin exagerar, quisiera explotar mientras imágenes saturaban mi conciencia hasta lo más profundo.

Sabía que habíamos llegado a casa de Maira, sabía que nos habíamos mojado completamente mientras corríamos, sabía que Alex me había abrazado, pero no lo estaba procesando.

Mi mente estaba fracturada, quebrada, sin mentir, literalmente.

Una parte estaba reproduciendo en bucle los sucesos desde que yo había tomado el arma hasta que el cuerpo de Luan explotó.

Otra estaba una y otra vez la palabra asesino sin parar.

La siguiente estaba horrorizada por haber sentido euforia cuando le había disparado a Luan.

Y la última... Recibía información e imágenes como si fuera un tsunami... Sin piedad.

No sé en qué momento mi cuerpo perdió toda su fuerza, quizás cuando la adrenalina bajo, pero solo recuerdo estar entre los brazos de Alex y sentir como si yo fuera una marioneta qué de un segundo a otro me hubieran cortado los hilos.

Estaba consciente, si es que se le puede llamar así, pero había caído sentado al piso y solo miraba un punto en la pared de la sala donde habíamos quedado todos.

-Yo... Mate a Luan... - Murmure... No, caí en cuenta que lo había estado diciendo una y otra vez desde que habíamos llegado a casa de Maira. -Alex volvió a abrazarme, pero yo con cuidado me solté, tratando de lo ser, grosero, la mano donde me había cortado me ardió, pero yo lo ignoré. -Antes que... Antes que siquiera... Nos calmemos, hay que quitarnos esto... - Mi voz salió jadeante y rasposa, pero clara, señale la sangre negra cual alquitrán qué nos había caído - Después... Tendremos que hablar... - Termine.

Llenándome de fuerza me levante y camine hasta la cocina de Maira donde con lentitud tome un poco de agua en un vaso para después beberla de un solo trago.

- Nos tenemos que bañar, será difícil de quitar, pero si se sale. - Explique ya que me habían seguido.

Yo estaba aún ido, parecía no escuchar a los otros hablar, no podía mirar a ninguno a la cara y sobre todo mi dolor de cabeza solo hacia todo peor.

Maira nos guio y cada uno espero para tomar su turno, yo había comenzado a morderme las uñas de mis manos con ansiedad, pero era para tratar que no temblara tanto

....

Nos tomó algo de tiempo, ya rondaban las dos de la mañana cuando todos nos encontrábamos en el cuarto de Maira sentados y limpios, nos habíamos bañado y limpiado el desastre que habíamos hecho por llegar todo enchumbados, Maira nos había prestado algo de ropa a todos, tanto de ella como de su papá.

El ambiente estaba muy pesado y frío, pero por lo menos ya estábamos sentados.

Yo aún estaba intranquilo y por la cara que tenían todos, ellos igual, no podía culparlos, mis manos aun no dejaban de temblar, y la verdad no era para menos, había ido con toda la intención de salvar a mi mejor amigo y yo... Lo había terminado matando.

Una parte de mi trataba de consolarme diciendo que Luan no sobreviviría de todas formas, que se habría desangrado antes de conseguir ayuda.

Pero otra parte de mi sabía que yo no había apuntado a la vieja, yo había apuntado a Luan apropósito.

Y esa parte de mi tenía razón.

Ya que todas la imágenes que había asaltado mi cabeza por fin tenían sentido.

La "Realidad": El Misterio De La Serpiente De 7 CabezasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora