Probaron con cortar leña, recolectar frutos, cuidar el ganado, sembrar semillas, esquilar ovejas y luego intentar hacer lana...
Y lo único que Jungkook pudo descubrir era que aquí la gente era más buena con los Jeon, pero no porque no dijeran insultos ni degradaciones, sino porque al menos no lo hacían de frente. Los susurros comenzaban en cuanto pisaba su mismo suelo.
Él podía soportar susurros, y los prefería antes que las riñas sin sentido que afrontaba en su manada.
Lo que a veces no podía soportar, era la cantidad de ellos. Agobiaban a su mente de sobremanera; como un ruido de fondo que, conforme pasaba el tiempo, se hacía más y más grande y terminaba abarcando gran parte de su atención.
Era lo que sucedía cuando uno se encontraba en lugares como el comedor de la manada.
Jungkook estaba encargado de remover la gran olla de sopa. A Jimin lo habían puesto a cortar verduras a unas mesas más allá.
—No seas tan obvio, él está aquí.
Jungkook debería haber ignorado ese susurro en particular, sobretodo porque era sospechoso y de los que era mejor no enterarse. Sin embargo, su lobo paró las orejas y no hubo nada que pudiera hacer para que sus sentidos no captaran lo que ocurría.
Había un hombre mayor junto con una mujer de su misma edad. A simple vista, nada era sospechoso. Sólo estaban mezclando los ingredientes que el puré necesitaba. No obstante, la manera en que se movían muy juntos, como intentando ocultar la olla, era extraña.
Jungkook tiró el cucharón al suelo.
—¡Oh, lo siento! Iré a buscar otro. —se disculpó con una reverencia, pero nadie parecía importarle demasiado, y una mujer le hizo un gesto con la mano, sin interés.
Así que, con esa excusa, se dirigió a buscar otro utensilio. Convenientemente cerca de la pareja. Los observó por el rabillo del ojo, fingiendo alcanzar otro cucharón. Cuando la mujer se inclinó sobre la mesa, él miró mejor.
Lo que vio hizo que las nauseas subieran por su garganta.
Estaban escupiendo.
Estaban escupiendo el maldito puré.
Su piel se erizó del asco y tuvo que tragar el nudo en su garganta para evitar tener una arcada.
¿Por qué hacían eso? ¿Qué clase de persona morbosa disfruta de que otro coma de su saliva?
Jungkook se tapó la boca, considerando los porqué. Inconscientemente, sus pasos lo llevaron hasta Jimin, quien se dio la vuelta y lo miró con una ceja arqueada.
—¿Qué necesitas?
—¿Para quién es la comida? —la voz ahogada de Jungkook le debe haber dado un indicio de que algo andaba mal, porque dejó el cuchillo afilado sobre la tabla de cortar verduras.
—¿Qué?
—¿A quién le dan la comida? ¿Quiénes vienen a este comedor? —murmuró entre dientes, con la respiración dificultosa.
—Los tuyos. Los Jeon.
Jungkook apretó la mandíbula, sintiendo el fuego expandirse por toda su piel.
Por supuesto. Claro que eran los Jeon los que venían a recibir comida. ¿Quién más, sino los de bajos recursos, vendrían a buscar aunque sea algo para alimentarse?
—¿Qué sucede?
Dijo Jimin, pero él ya estaba saliendo de su espacio, corriendo hacia una puerta lateral.
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Campo De Jazmines {Kookmin/omegaverse}
FanfictionLa nariz se frotó allí, enviando todo tipo de emociones eléctricas por sus extremidades. La fragancia a jazmín invadió sus sentidos, relajando sus músculos y haciéndolos cantar con placer. Oh, Luna. Esto no podía estar sucediendo. ¿Jimin lo estaba...