JUNGKOOK
- Pareces agitado. Cuando me negué a responder o reconocer las palabras de la Dra. Husein, lo intentó de nuevo.
- ¿Tiene esto que ver con Taehyung?
Apreté los puños y mis nudillos crujieron por la presión. Las hormigas debajo de mi piel se multiplicaron.
- Jungkook , hiciste esta cita extra. Había una razón, y creo que quieres hablar de eso, pero no soy un lector de mentes. Si quieres mi ayuda, tienes que decirme lo que te molesta.
- Empecé a cortarme de nuevo.
- Okey. Su voz bajó al tono apaciguador y gentil que usaba para que no me asustara. - Gracias por decírmelo. ¿Con qué frecuencia?
- Tres veces esta semana.
- Eso es mucho. ¿Qué tan mal?
- Probablemente debería haber recibido puntos de sutura para uno de ellos. Fue profundo.
- ¿Estás teniendo pensamientos suicidas?
Negué con la cabeza. Era una pregunta justa. Mi historial justificaba su pregunta.
- Okey. ¿Por qué te estás cortando?
Con solo pensar en por qué, una oleada de ansiedad me inundó. Apreté mis músculos hasta que me dolieron y contuve la respiración, esperando que el pánico retrocediera. No lo hizo. La habitación se oscureció. Mis oídos sonaron.
Dejé escapar un fuerte suspiro y aspiré otro, sediento de aire limpio. Mis pulmones estaban en un tornillo de banco. Apretados y sofocados. El oxígeno no les llegaba. Jadeé, me toqué la garganta y volví a jadear.
- Jungkook . Escucha mi voz. Respiraciones lentas y profundas. Necesitas concentrarte. Mira alrededor de la habitación y dime las cosas que ves.
Aspiré aire y lo expulsé, mareado y vibrando mientras escaneaba, conociendo el ejercicio. Mis ojos no se enfocaban. Los bordes eran borrosos y se desvanecían en las sombras.
- Cosas que puedes ver. Búscalos,háblame.
- El escritorio. Otro suspiro entrecortado, la lámpara.¡Respira, maldita sea! Los cuadros en las paredes. Mi corazón galopaba. Me dolían las costillas. El helecho.
- Bien. Nombra las cosas que puedes oír.
Sonando, tanto sonando. Tragué saliva y puse a prueba mis oídos, escuchando más allá del gemido agudo.
- El tráfico afuera. El zumbido de la computadora. No puedo… mmm…
- ¿Qué hueles?
Inhalé, mi nariz silbando con la fuerza.
- Tu perfume. Es como bayas o algo así.
- Bien. Dentro y fuera , despacio y lento. Lo estás haciendo bien. ¿Qué más hueles?
- Café. Café viejo. Me llevé la camisa a la nariz. Cigarrillos.
La Dra. Husein me guió a través de algunas respiraciones más constantes hasta que el pánico retrocedió.
- Recoge la pelota antiestrés que está sobre la mesa y trabaja con ella mientras hablamos.
Cogí la pelota de goma roja y la amasé en la palma de la mano, cambiando de mano de vez en cuando. El caucho apretado y la arena densa en el interior me dieron algo en lo que concentrarme. Apreté hasta que mi brazo vibró, luego apreté de nuevo. Cuando pasé la pelota a mi otra mano, cerré los ojos y saboreé el aire fresco que entraba y salía de mi nariz y entraba en mis pulmones.
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Con el diablo adentro •KookV•
Random• Terapia de conversión • Abuso de sustancias ilegales • Ideas suicidas • Autodesprecio, Traumas, autolesiones, angustia • ❌Contenido +18❌ • Escenas explícitas • Final feliz •Adaptación sin fines de lucro y/o monetizacion Todos los créditos a...