18

37 7 1
                                    

JUNGKOOK

Me desperté el sábado con una enfermiza sensación de pavor llenando mi cuerpo.  Mis padres vendrían esa tarde para una reunión con la Dra. Husein y conmigo.  Decidí decirles que era gay, pero solicité el apoyo de mi médico como un niño que necesita apoyo en una pelea en el patio de recreo que saben que van a perder.

Lo pospuse toda la semana, pero sabía que era mejor sincerarse mientras aún estaba en el hospital.  Preveía el potencial de desastre en el horizonte.  En lo profundo de mi corazón, sabía que no podían aceptar a un hijo gay.  Su religión lo prohibía.  Me estaba excluyendo oficialmente de mi familia y de la iglesia a la que había pertenecido toda mi vida.

La enfermera que vino a revisar las camas a las siete de la mañana vaciló cuando me encontró despierto, mirando al vacío.

- ¿Estás bien, cariño?

Asentí, incapaz de reunir más energía.

Saltarme el desayuno llamó la atención de más personal, y la jefa de enfermeras, un tipo de cuarenta y tantos años llamado Casey, llamó a mi puerta poco después de las nueve.

- Buenos días, Jungkook .  ¿Puedo entrar?

- Seguro.

Me gustaba Casey.  Tenía los pies en la tierra y sabía cuándo hablar y cuándo escuchar.  Nos conocimos hace unos años después de que uno de mis momentos más débiles me llevó a la sala.  Yo estaba enojado.  Se había sentado conmigo muchas noches, mucho después de que terminara su turno, charlando y manteniéndome conectado a tierra.

Entró en la habitación, abrió las persianas que yo había cerrado la noche anterior y acercó una silla a la cama.  

- ¿Cómo estás esta mañana?

- No tan bien.  Estoy ansioso.

- Lo veo.  ¿Quieres hablar acerca de ello?

-  Realmente no.

-  Vi en tu expediente que tiene una reunión con la Dra. Husein esta tarde.  Ella debe estar de guardia este fin de semana.  No respondí, era información que ya conocía.

- ¿Cómo es que está organizando reuniones para un sábado?

- Le pedí que viniera y me ayudara con algo.

Casey me estudió, su atención reconfortante más que invasiva.  

- ¿Tiene esto algo que ver con por qué te sientes ansioso?

- Sí.

-  ¿Vas a hacer que te lo saque poco a poco?

Enterrando mi cara en mi almohada, luché contra la ansiedad que revoloteaba en mi pecho.

- Estoy rompiendo con mis padres hoy.  Poner fin a una relación de treinta y dos años me está jodiendo un poco.

Casey sonrió; era una sonrisa honesta, llena de comprensión.  Había muchos profesionales que no le darían la hora a un paciente como yo, pero a lo largo de los años había aprendido que el personal en el cuarto piso del Vic era gente realmente decente.  Confié en ellos.  Todos ellos.  Me sacaron de más agujeros oscuros de los que podía contar, y nunca se dieron por vencidos.

- Estoy perdido, admitió. 

- ¿Por qué estás rompiendo con tus padres hoy?  Parece drástico.  ¿Están haciendo algo malo?  ¿Descubriste que son asesinos secretos?

No pude evitar la risa débil cuando me moví de nuevo, incapaz de quedarme quieto.  

- Eres un idiota, Casey Barnes.  Me estoy revolcando y tú te estás burlando de mí.

Con el diablo adentro •KookV•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora