Born again [Sukufushi]

Clan Ryōmen.

Capitulo 1:

He pasado tanto desde que vi tu rostro.

Tus manos grandes y fuertes. Las mismas que me llenaron de dicha y me quitaron la vida. Tan hermoso y doloroso a la vez.

¿Como podría no amarte?

Después de que enseñaras lo que realmente era.

Ojalá. Hubiese sido de otra manera.

Ojalá...todo hubiese acabado bien.

Sukuna.

*ੈ✩‧₊˚Años antes*ੈ✩‧₊˚

La luna parpadeaba entre las nubes sonrosadas. Una noche fría con abismales ganas de dormir plácidamente entre brazos lastimados. El dolor de mi alma y corazón no hacen ningún eco en mis oídos en este momento. No puedo pensar. Y no necesito hacerlo.

Pronto sería el baile de luna llena. Otra de las triviales tradicionales del clan en el que vivía. Megumi era un niño pequeño el cual no necesitaba tales preocupaciones.

Sin embargo su vida cambiaría drásticamente en el momento menos pensado.

Sus pies descalzos tocaron el suelo. Su enorme casa. Sola como suele estarlo. Camino hasta salir de su habitación y llegar a la enorme y hermosa cocina. Donde dos chicas le saludaron con alegría.

—¡Buenos días Su majestad!

Mimiko y Nanako. Las hermanas de uno de los mejores herreros del lugar. Megumi les tenía mucho aprecio. Había desarrollado un amor por la cocina desde siempre. Y para nada perdieron la oportunidad de estar cerca del castillo para hablar con el.

Megumi había sido muy cercano a ellos cuando era pequeño. Pero su padre era muy estricto con el tipo de personas con las cuales se relacionaba, sin embargo ellas buscaron la forma de estar cerca suyo.

—¿Como amaneces Megumi?

—Bien.—Maldita respuesta vana.—¿Y ustedes?

—Yo estoy muy bien.—Nanako la mayor estaba cargando unas ollas sucias.—Mimiko tuvo un mal sueño. Es su celo. Esta algo cerca.

—¿Ya estamos en luna?

—Aun no, tal vez en un par de noches más.

—Me lleva.

Luego de una risa Megumi comenzó a desayunar. Su padre no pasaba mucho en casa. Por ellos se le hacía fácil comer con sus amigas.

Megumi pestañeo. Era muy poco expresivo. Aún así, se preocupaba por ellas. Lo habían cuidado y estado con el casi por toda su vida. Claro que las quería. Y tampoco quería preocuparlos.

—Los desaparecidos aumenta en la frontera. Están pensando en meter clanes vecinos en el tema.

—¿En verdad? ¿Mi padre está metido en eso?

—Al parecer si. El joven Gojo comentó algo sobre eso.

Los ojos de Megumi se iluminaron un poco. Nanako tapó su boca y Mimiko se arrepentio en silencio.