Born again [Sukufushi]

Baile de luna llena.

Capitulo 7:

La luna se veía hermosa. El cielo y sus estrellas eran tan brillantes como tus ojos.

Y cuando pensé que todo mi océano estaba en calma por tu hermosa luna.

Me di cuenta que solo la neblina de tu verdadera existencia.

De tu verdadero ser.

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El sol intenso se colaba por la ventana de la habitación en la que estaba. Apenas podía identificar la zona donde se encontraba. Pero con suerte poco recordaría al levantarse.

Su collar se levantó brillando. Cosa que era bastante extraña. Sin embargo lo paso por alto, ya no se sentía cansado como en otras ocasiones. Podía vivir con el cansancio que había en su cuerpo.

Observó quién estaba al lado suyo. Le miró con cuidado. Las sábanas cubrían hasta sus cabellos rosas por lo tanto no podía ver su rostro en claridad. Su collar salía por las sábanas así que con cuidado lo tomo entre sus dedos para observarlo mejor.

No sabe exactamente cuánto tiempo se quedó mirándolo, pero fue capaz de notar la mirada ajena sobre el. Antes de que pudiera reaccionar el alfa lo tiró a la cama sin previó aviso.

—Buenos días para ti también, pequeño acosador.

Megumi soltó una risa sarcástica mientras lo miraba. Desde la conversación de anoche no habían hablado. Probablemente Sukuna este apunto de pedir una respuesta sobre el comentario de hizo ayer.

Sin embargo no está seguro de cómo responder. Han pasado casi 4 días juntos y las cosas se vuelven confusas para el. Como si no lo conociera o lo conociera demasiado.

Todavía así. Sigue mirando sus ojos. Este frota los propios y trata de hacer algo para levantarse de la cama con más facilidad. No dejan de mirarse en todo ese tiempo.

—Oye...¿hoy es el baile?

—Correcto, tendremos que ir a vestirnos para ver al pacifico de tu padre.

Megumi hizo una mueca, pensando que responder ante esto, sin embargo, algo más llegó a su mente.

—¡Si! Al menos. Quiero ver a Satoru. Espero que esté bien.

Sukuna se quedó tieso unos segundos. El ave entro por la puerta poniéndose en su hombro mientras Uraume sostenía unos platos.

—Buenos días.

—¡Uraume!

Megumi se lanzó hacia el. Sukuna alzó una ceja pero no dijo nada a tal comportamiento. Uraume hizo un gesto en silencio.

—Buenos días. Joven amo.

—Oh si, buenos días.

Megumi ayudo a poner la mesa de costumbre, Sukuna le observó con una mirada cuidadosa mientras el monje Beta hacia lo posible por mantener la mirada en su trabajo.

—¡Sukuna! Estuve pensando algo sobre el baile.

—Soy todo oídos.—Demostro una pequeña sonrisa.

—¡Quisiera que Uraume fuera con nosotros!

El monje se ahogó con su propia saliva y dejó caer el vaso accidentalmente en la mesa. Por suerte no se rompió ni sufrió ninguna rotura. Pero sin duda le había tomado por sorpresa.

—Joven Fushiguro, le agradezco mucho, en verdad, pero yo no...-

—No tengo ningún problema. Por mi esta bien.