5/07/2022

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No sé que fue lo que me hiciste, te adoro por haber aparecido de la nada y te maldigo por irte de la misma manera en la cual llegaste.

No esperaba nada pero con una mirada tuya pude entender que no todo lo que podía sentir en esta vida se relacionaba con el dolor y la tristeza, podía sentir alegría y podía sonreír a cada comentario sarcástico que decías. Con el pasar de los días me fui dando cuenta de la luz que traías con vos todos los días y también al resto de chicas que vieron antes lo que eras, a las cosas buenas siempre las veo tarde y si pudiera cambiar algo sería el haber tratado de ser más simpática los primeros días, más tarde me dio vergüenza acercarme.

Aún así nunca te rendiste, aún así me mirabas y nunca pude descifrar el porqué, a veces creo que solo me acuerdo de lo que quiero y no de lo que realmente fue, yo estuve ahí cuando me miraste, sonreíste y suspiraste mientras te acercabas a mi.

Estoy cansada de que en todos lados aparezca tu nombre pero no tu cara, siempre busco excusas para buscarte en los lugares donde sé que vas a estar, donde deberías estar, pero nunca consigo encontrarte y es cansador perseguir a alguien que se desaparece sin más.

A pesar de todo y sin conocerte te extraño, trato de encontrarte en gente pero no te puedo reemplazar, así que supongo que este es el adiós, pero aunque tu adiós fue hace mucho tiempo no me quiero ir sin decirte que fue un gusto poder verte, aunque sea de espaldas; escucharte, aunque hayas murmurado y tocarte, aunque haya sido solo para que usaras mi lápiz.

Caja de PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora