11. Tabula rasa

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Agustín acunó su rostro con amor en cuanto lo vio y lo revisó atentamente. No sabía lo que estaba buscando el alfa en él, pero pareció tranquilizarse tras unos segundos.

—¿Agus? —preguntó, extrañado.

—Perdona —le dijo su alfa, aún con una mano en su mejilla— tuve una sensación muy extraña antes de llamarte, como si estuvieras en peligro, y después trajeron a este tipo y no sé, necesitaba saber que estabas bien. ¿Muy exagerado?

Su alfa le sonreía casi tímidamente y le sonrió de vuelta, sintiendo su corazón latiendo más fuerte al entender lo que realmente le estaba diciendo Agustín sin ni siquiera darse cuenta.

—Está bien, lindo —lo tranquilizó. Sentía a Matías tenso a su lado, pero no estaba diciendo nada ante su cercanía con el otro alfa— todo está bien.

Blas llegó y los interrumpió.

—¿Este es el tipo que viste? —le preguntó a Agustín, que rápidamente asintió— ¿Estás seguro?

—Sí —sentenció su alfa, y esta vez Matías sí se estremeció cuando habló— es el que atropelló a Matías en los juzgados. Es el tipo que vi, estoy completamente seguro.

Blas lo miró, evaluando la situación.

—¿Lo testificarías en un juicio?

—Sí —afirmó su alfa al momento, y observó como Matías lo miraba sorprendido. Se notaba que no lo conocía bien, no le sorprendía nada viniendo de Agustín, su alfa siempre había tenido un sentido de la justicia muy marcado— Claro que sí. No puede quedar impune.

A su pareja podría no caerle en gracia Matías, pero tampoco gustaba de él cuando le salvó la vida ese día. Sí, por supuesto que testificaría a favor de él si aquello era lo correcto, por más que no pudiese perdonarlo. Lo amaba aún más por eso.

—No necesito tu testimonio.

Y ahí iba de nuevo, el orgullo herido hablando por su ex pareja. Le dolía verlo así, pero no hacía más que demostrarle porqué no podía volver con él.

—En realidad sí, lo necesitamos —lo reprendió Blas— sin su testimonio no hay caso, Matías. 

—Testificaré —afirmó Agustín de nuevo, y no se le escapó la lástima con la que miró a Matías— pero no lo haré por vos. Lo haré porque es lo justo, nada más.

—No quiero tu compasión, Agustín. Ya tenés lo que querías, no es necesario que me humilles más.

Su ex pareja olía de nuevo a frustración y a ira y por un momento temió un enfrentamiento entre alfas, pero debería haberlo sabido mejor. Agustín era demasiado inteligente y elegante como para caer en eso.

—Vos mismo te autocompadeces y te humillas, Matías, no yo. —afirmó, mirando a Matías a la cara— Testificaré a tu favor, porque eso es lo justo, pero realmente creía que habías mejorado.

No se le escapó como evitó abiertamente mencionarlo a él o a su incipiente relación, y al momento entendió porqué. Simplemente sus sentimientos no estaban sujetos a debate y menos por Matías. Agustín era tal dolorosamente elegante como siempre y sabía que probablemente Matías lo odiaría más por eso, pero así era su alfa y así lo amaba.

—¿Te parece bien si vuelvo a tomarte declaración? —le preguntó Blas a Agustín, interrumpiendo el incómodo enfrentamiento entre Matías y su pareja.

Agustín rápidamente asintió y lo besó en la mejilla antes de marcharse con Blas.

—Nos vemos, mi amor.

Destino [Matienzo - Agustín/Enzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora