Epílogo. Era el destino

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Un año más tarde


Se quedó embarazado justo cuando quedaban tres meses para su boda, en su último celo.

Agustín y él habían decidido que era hora días antes de que llegase y había sido tan caliente como siempre. Su alfa era ejemplar, tan dulce y amoroso para él, siempre cuidándolo, procurando que estuviese hidratado y haciéndolo sentir amado.

Sujetó la prueba de embarazo en la mano, aún sentado en el sofá, impaciente por que Agustín llegase a casa y darle la noticia. Estaba feliz, muy feliz, prácticamente vibrando y no podía dejar de mirar la prueba positiva en su mano y su alianza en su dedo, imaginando su futuro con su alfa destinado.

Agustín finalmente llegó y siguiendo la costumbre fue a su encuentro.

—Mi amor —lo saludó su alfa, mostrándole aquella sonrisa de enamorado que le gustaba tanto— estás muy lindo.

Se levantó para atraparlo en un abrazo y besarlo más entusiasmado que de costumbre, y notó la sorpresa en él pero inmediatamente lo correspondió como sabía que haría siempre.

—Alfa, tengo algo que decirte —le dijo, notando como se sonrojaba ligeramente.

—Dime, precioso —lo instó Agustín, acariciando su mejilla, y decidió usar la comunicación no verbal deslizando la prueba de embarazo en su mano.

Agustín tardó unos segundos en reaccionar, pero al momento sintió su sorpresa y su alegría, y empezó a oler a felicidad pura mientras lo estrechaba contra su cuerpo.

—Mi amor, lo hicimos ... —murmuró en su oído, y casi quería llorar al oír lo emocionado que estaba su alfa, oliendo tan dulce y tan feliz para él.

—Lo hicimos —corroboró, rodeando el cuello del alfa con sus brazos y sintiendo sus manos acariciar su cintura. Agustín lo tocaba y lo miraba como si fuese lo más hermoso y delicado del mundo, siempre lo había hecho, y no se imaginaba como lo trataría cuando su embarazo empezase a notarse.

—Te voy a consentir tanto, mi amor —murmuró el alfa, vibrando con él— ¿vas a querer decirlo antes de la boda, o querés que sea una sorpresa?

—Quiero decírselo solo a los padrinos —le dijo con firmeza— Fran se dará cuenta igualmente, es un chismoso y siempre me está olfateando para ver cuando me preñas.

La suave risa de su alfa en su oído lo hizo reír también.

—Lo adoras, Enzo, y lo sabes —le dijo, divertido— pero sí, querrá saber hasta como lo hicimos. ¿Sólo a ellos, entonces?

Lo besó rápidamente antes de contestar.

—Sí, sólo a ellos. Los demás lo sabrán en la boda, cuando lo huelan en mí.

—Te encanta dar sorpresas, eh.

—Mucho —afirmó entre besos— me encanta esto contigo, alfa. Me haces muy feliz.

Lo sintió sonreír entre besos, y rápidamente Agustín lo cargó como le gustaba para llevarlo directo a la cama.

—Vos me haces feliz, precioso —fue lo que le dijo antes de desnudarlo y hacerle el amor esa noche— sos todo lo que puedo desear.

***

Se dejó arreglar el cabello por Fran, que le colocó una corona de flores blanca a juego con el traje que llevaba. Personalmente pensaba que se veía demasiado delicado, pero esperaba que a su alfa le gustase.

Destino [Matienzo - Agustín/Enzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora