Día 2

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Elizabeth, ¿quién te hizo eso? Vamos confía en mí, aunque sea nada malo va a pasar. - mire a Hawks dudosa, yo confío en él, pero no quiero hablar de eso.

Hawks gracias por preocuparte, pero estoy bien en serio. - este solo suspiro derrotado, Elizabeth no le dirá nada, así que simplemente asintió y se retiró de la habitación para irse a descansar, todos en el bar ya se encontraban durmiendo menos él y Elizabeth, trato de sacarle información, pero fue en vano.

Suspire cansada, empecé a sentir escalofríos por todo mi cuerpo y como sentía la cabeza caliente, me sentía mal, mareada, posiblemente sea un resfriado, cerré los ojos con intenciones de dormir, seguro cuando amanezca me sentiré mejor.

- ¿qué? Abrió los ojos y se encontraba de nuevo en medio del bosque ¿Un sueño? No... Espera- lentamente fui caminando, adentrándome más a ese bosque, algo inquietante, todo estaba en silencio- Elizabeth... Elizabeth ven conmigo - escucho susurros y llamados que no paraban de decir su nombre.

- ELIZABETH! - meliodas? Confundida siguió su voz, mientras más caminaba más divisaba la voz del Rubió y fue acelerando el paso

- señor meliodas! - grito con una sonrisa que no le duró mucho - Hey Princesa, creías que con golpearme te saldrías con la tuya así? - No por favor déjame ir no... - Elizabeth... Elizabeth... ELIZABETH.

(Al día siguiente)

Me disponía a despertar a todos como cada mañana, fui tocando puerta por puerta - BAN DESPIERTA FLOJO TIENES QUE HACER EL DESAYUNO - De un salto el nombrado se levantó, con una expresión adormilada veía al cerdo confundido.

Y así fue, habitación por habitación el porcino fue llamandolos para iniciar el día. Todos estaban reunidos charlando animadamente cuando llegó la pregunta del millón.

- hey maestro y la princesa? - Hawks extrañado de que está aún no sé había levantado, recordaba perfectamente haber tocado su puerta para despertarla.

- Maestro, rápido ve por pañuelos y agua - Realmente esto era un problema serio, se suponía que todo ya había pasado.

El silencio se hizo en la sala, tenían muchas preguntas y ni una sola respuesta

- Esto es mi culpa... - la voz entrecortada de Diane interrumpió sus pensamientos, Quién veía a la princesa y sollozaba sin parar, se sentía demasiado culpable por su querida amiga.

-Maldición. Aún tiene la fiebre alta, parece como si no bajará con nada.- Diane le pasó un pañito con agua al peliblanco para así colocarlo en su frente, con intenciones de algún mínimo cambio.

Una idea fugaz paso por la mente del peliblanco no perdían nada con intentarlo.

-Gowther, puedes entrar en la mente de la princesa, podrías... ver lo que sucede? - el muñeco que se encontraba viendo la situación en completo silencio solo asintió, levanto su brazo y coloco dos de sus dedos en la frente de la princesa

Todo estaba oscuro, el títere podía ver a una Elizabeth echa bolita a lo lejos, se acercó a ella y se colocó a su altura, ella no hablaba, no decía nada ni se inmutó por su presencia

Sollozos y lágrimas empezaron a salir de esta que aún estaba con la cabeza gacha. - princesa vuelve con nosotros - Gowther miraba como seguía inmóvil, sollozando, murmuraba cosas que el no entendia -A-ayuda por favor- trato de levantar su rostro y ahí lo vio sus ojos, esos ojos...

El muñeco volvió en sí, retiro la mano de la princesa, quien aún estaba inconsciente- Elizabeth rechazo mis intentos de traerla de nuevo. Bueno, pareciera que su subconsciente no me dejó usar mi hechizo. Alcance a verla. Estaba llorando - ajusto sus lentes y añadió -Sin embargó sus ojos... eran naranjas, no azules y en medio tenían un símbolo blanco. - termino de explicar el títere.

La habitación se sumió en un silencio, quedaron sin palabras, ahora si no sabían qué hacer.

- Mañana es el último día y el capitán regresa, tenemos pocas opciones, podemos optar por tratar de bajarle la fiebre a Elizabeth y así ver si despierta o esperar a que el capitán vuelva. - todos en la habitación miraron al hada en silencio y solo asintieron.

- Oigan, ¿que hay de la marca en la muñeca de Elizabeth? - un detalle que habían pasado por alto en todo este tiempo - Gowther sobre sus recuerdos pudiste ver qué fue lo que sucedió en el bosque? - el nombrado quedó en silencio. - No. Cómo dije algo rechazaba mi hechizo, los recuerdos de Elizabeth están bloqueados.

Un suspiro salió del porcino, miro una última vez a Elizabeth antes de salir de la habitación, al igual que el resto. ¿Qué más podrían hacer?

En otro lugar

Un rubio se encontraba dando vueltas por el pueblo, se preguntaba ¿qué estaría pasando en el bar? Espera que cuando regrese hayan hecho algunas ganancias... llegaría cansado y planeaba molestar un rato a la princesa.

- ¿cómo estará Ellie? - elevó su mirada, el cielo estaba gris. Tenía un mal presentimiento. - tengo que volver cuanto antes- dijo para sí mismo.

- Hey Meliodas aquí!- la voz de alguien lo saco de sus pensamientos, miro en dirección a quien lo llamaba - Tiempo sin verte Meliodas

- Arthur, ¿cómo estás? ¿Qué haces por aquí, eh, no deberías estar en el reino?- el joven negaba sonriendo.

- Estoy resolviendo unos asuntos, por eso vine a este pueblo. - el chico cambio su semblante, por lo que el rubio miro interrogante al susodicho.

- ¿Paso algo? - se atrevió a preguntar por lo que el blondo lo miro un poco serio -Quiero comentarte. He escuchado por aquí acerca de un grupo de personas sumamente peligrosas que se están dedicando a someter a otras personas de una forma brutal. Ten cuidado con esto

- ¿Huh? Ya, ya hombre, no te preocupes - trataba de tranquilizarlo, el rubio no entendía por qué la preocupación de Arthur, así que prefirió solo ignorar y tratar de calmarlo.

Este sonrió - tienes razón, tal vez estoy exagerando un poco - meliodas negó, qué dilema.

Luego de este encuentro, decidió acompañar a su amigo. Hablaban de cosas triviales, pero él no prestaba mucha atención a lo que decía Arthur, ahora con esa noticia se sentía aún más inseguro, ¿Será que estoy actuando muy paranoico? Pensó. Tal vez debería relajarse, Eli estaba con los pecados, ella estaba más que segura.

- ¿y bien? ¿Aún no despierta? - El peliblanco miraba a la chica de coletas en busca de respuesta, estaba más pequeña, ya que uso las píldoras que le dio Merlín solo para cuidar a su amiga.

- Nada aún. Sigue con fiebre - ambos suspiraron, ya era de noche. Todos en la taberna se rindieron y prefirieron esperar a ver qué resultados conseguían mañana, mientras tanto cada uno fue a su habitación y se acostaron a dormir esperando a que amanezca.


Nota de la autora.

Pobre meliodas no está enterado de nada. Tuve problemas con Wattpad y de paso hice el segundo capítulo pero no me convenció así que lo reescribí.

( Abro paréntesis, Cuando Gowther habla sobre los ojitos de Eli, se refiere a sus ojos de diosa solo que no supe describirlo )

¿Cuál será la reacción de Mel cuando descubra la situación? Nos vemos en el siguiente cap :)

¡¿Tres días sin el capitán?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora