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NUEVAMENTE, ERA LUNES OTRA VEZ

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NUEVAMENTE, ERA LUNES OTRA VEZ. UNA PESADILLA PARA CUALQUIERA, una realidad para Valentina. Por alguna razón, este era el día más frío del año hasta ahora y ella se encontraba en el medio de una montaña. Era imposible conseguir un mejor timing, ¿no?

Se acababa de terminar de grabar la escena donde se descubría que el avión no se veía desde grandes alturas; Valentina observaba todo a través de un pequeño hueco entre su bufanda que le cubría casi toda la nariz y su gorro negro que abarcaba el resto de su cabeza exceptuando parte de sus ojos.

El rodaje transcurría con ella yendo y viniendo, buscando cafés para ella y Bayona o mantas para ya sabemos quién. Justamente, “Ya sabemos quién” estaba mucho más irritante que de costumbre. ¿Vieron cómo actúan los nenes chiquitos cuando quieren conseguir la atención de los adultos a toda costa? Bueno, algo así.

Desde su charla con Maia, Valentina había tomado una decisión rotunda con respecto a Matías y su accionar ya estaba dando de qué hablar.

—¿Por qué no puedo saber qué está pasando?

Pipe la miraba con los ojos entrecerrados mientras ella reacomodaba el guión entre sus manos. El chico había sido de los primeros en notar el trato diferente de Valentina hacia Matías, y ahora se moría de curiosidad.

—Es que no está pasando nada, Pipe.

—No me mientas —advirtió—. Te dijo “flaquita” y no lo puteaste.

Valentina rodó los ojos, sabiendo que Felipe no iba a dejar pasar por alto la oportunidad de indagar en el asunto.

—¿Desde cuándo es tan relevante si le hablo o no?

—Y mirá —él levantó las cejas—, desde el día uno se la pasan puteándose sin excepción. Así que para que vos no le digas algo, es porque hay algo raro.

Ella suspiró y se preparó mentalmente para disimular la respuesta lo mejor posible. Ya se había inventado unas cuantas excusas el día anterior ya que veía venir situaciones parecidas a ésta.

—Solo decidí dejar de darle bola, Pipe, no es tan profundo. Ya me cansé de pelear todos los días con él, llega un punto en que es agotador, ¿viste? 

Él la miró con incredulidad pero no pudo seguir insistiendo ya que debían retomar la filmación de una de las escenas.

—Si vos decís —murmuró encogiéndose de hombros para luego sonreír—, “flaquita”.

—Cerrá el orto.

Valentina caminaba por la nieve ajustándose el gorro, mientras que con la mirada (muy a su pesar) buscaba a “Ya sabemos quién” porque al fin y al cabo seguían trabajando juntos. A unos pasos de Bayona, ella daba sutiles indicaciones a los que sí estaban presentes en el avión a la vez que seguía mirando para todos lados. No era porque tenía ganas de verlo, sino porque tenía una manta que sostener —sí, muy interesante—.

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2024 ⏰

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MIDDLE OF THE NIGHT; matias recaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora