La transformación

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Porque ustedes lo pidieron, porque me encanta escribir sobre estos dos (y porque no tengo inspiración en este momento para continuar mis fics de Bnha)

AQUÍ LES TRAIGO LA CONTINUACIÓN.

Espero les guste, y dicho todo esto, empezemos.





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Kokushibo empezó a preparar todo para la transformación de su amigo. Podría salir bien y convertirse en demonio, o no superar la transformación por su estado de salud y morir.

Sin embargo, eso no parecía importante para su amigo.

Y ciertamente lo entendía. Lo que le pasó fue horrible, se despertaba casi todas las noches llorando, agitado por los terrores nocturnos sobre lo que pasó.

Enfermo como secuela de lo sucedido, debilitado e incapaz de comer casi nada, de sostenerse de pie por mucho tiempo.....

Reducido a un frágil y enfermizo cuerpo, una sombra de lo que alguna vez fue.

Así que era hora de ver si podía devolverle la salud para ayudarlo a continuar o darle una muerte digna para acabar con su sufrimiento.

Agarró la mordaza de bambú, que Giyuu le había pedido, y entró con suavidad a su habitación en el castillo infinito, agradeciendo que casi nadie sabía la ubicación exacta (Alguien podría haberlo encontrado y matarlo)

Se dirigió hacia el futón donde estaba acostado su amigo, y con delicadeza se agachó hacia el, para ponérselo, sin embargo, notó que su amigo quería decir algo.

- Tienes algo que decir antes, Tomioka?- preguntó el demonio

- Yo.....*cough cough* me.... Gustaría ver por última vez a Nezuko y su hermano.... Necesito saber si están bien....-

- Entiendo - dijo antes de tomarlo delicadamente entre sus brazos y teletransportarse.

Ambos se encontraban de nuevo en la finca del agua, la cual estaba desierta y cubierta de polvo, como si hubiera quedado abandonada luego de la desaparición de su legítimo dueño.

Revisaron el lugar, pero no encontraron a nadie, excepto el viejo cuervo Kanzaburo, que voló inmediatamente a su lado, anidando en su cabeza como hacía antaño.

- Yo también te he echado de menos, Kanzaburo - graznó el de ojos azules.

- Deberíamos salir a buscarlos fuera, es posible que estén en una misión -

- No están fuera - graznó el cuervo - Tanjiro fue a entrenar a la finca del Pilar de la Flama -

- Y Nezuko? Ella está viva, no?- preguntó Tomioka

- Sí.....O no..... No recuerdo - lamento Kanzaburo, a lo que Giyuu le dio unas suaves caricias en la cabeza.














Zenitsu miraba preocupado al que era su ruiseño compañero mirar con ira y cierto resentimiento al Pilar del Fuego.

Desde esa misión en la montaña, había notado un cambio drástico en su amigo. Podía verlo triste junto con un rastro de culpabilidad, y al oír mencionar a cualquiera pilar se ponía furioso.

No entendía con claridad porque entonces aceptó entrenar con uno de ellos, pero ciertamente estaba muy asustado como para preguntar. Y quien no estaría asustado de ver a una persona afable mirar con tanto odio a alguien?

- UMAI - gritaba Kyojuro cada que tragaba - que tal la cena? A qué está deliciosa?- preguntó el hombre

- hmmhh - asintió el rubio nervioso, mientras que Inosuke seguía devorando a gusto.

- Sí, está rica...- musitó Tanjiro sin muchas ganas.

- Aww, vamos, porque ese humor?- preguntó el espadachín

- Usted lo sabe perfectamente - replicó lo más educadamente que podía. Por mucho que le desagradara ese hombre, necesitaba aprender la respiración Solar, y dado que parecía una variante de la de Fuego, fue que accedió a entrenar con el.

- Eso fue hace meses.....-

- Y cree que con eso se va a arreglar todo?- contestó el de cabellos burdeos

- Nosotros también lamentamos la perdida de Tomioka - habló Rengoku - el perder a un Pilar siempre es una desgracia, que lamentablemente es inevitable-

- Inevitable? USTEDES LO DEJARON ATADO Y SIN SU KATANA. NO HABÍA FORMA ALGUNA DE QUE HUBIERA PODIDO LUCHAR -

- Esa no es forma de hablar a tus mayores, niño - se oyó por el corredor la voz de Shinjuro

Tanjiro solamente resopló molesto, parándose y dirigiéndo sus pasos fuera de allí

- A donde vas, joven Kamado?- preguntó el Pilar de la Flama

- A tomar aire - dijo antes de cerrar la puerta corrediza.

Allí se encontró a su hermana, mirando con la mirada perdida a un punto inexistente.

Su hermano no se alarmó por esto, ya que era algo normal que hacía luego de que los castigos fueron impuestos a Tomioka, y que ambos hermanos fueran forzados a ver y escuchar en su totalidad.














Tomioka y Kokushibo miraban a la lejanía al par de hermanos descansar allí.

Tomioka se calmó al ver que estaban vivos y a salvo.

- Listo para la transformación?- preguntó Kokushibo, a lo que Tomioka asintió, ya más calmado.

Ambos volvieron al cuarto de la Luna Superior 1, con Kanzaburo volando a una de las esquinas.

Kokushibo sacó su espada y se hizo una herida sangrante, con el líquido carmesí goteando en la boca de Tomioka. Poco después la herida se cerró y el de pelo cereza se apresuró a ponerle la mordaza antes de que empezará la transformación.

Tiempo después Tomioka empezó a temblar, sus ojos se pusieron blancos mientras se le escuchaba gruñir y contorsionarse.

El hombre de seis ojos se apresuró a inmovilizarlo hasta que tuviera conciencia, cosa que tardó aproximadamente media hora en completarse. Cuando la respiración de Giyuu volvió a ser acompasada y sus ojos volvieron a su color azul (salvo que más brillantes) fue que se dignó a soltarlo.

- Como te sientes, Giyuu?- preguntó Kokushibo.

Miró con sus tres pares de ojos como si amigo miraba confundido y desorientado a todas las direcciones, como si no reconociera donde estuviera.

- Caw caw - se acercó Kanzaburo al ver que ya estaba bien.

Tomioka lo miró con cautela, tratando de entender porque se acercaba a él un cuervo. Se giró a ver a Kokushibo, interrogante.

- Te acuerdas de algo?- preguntó, a lo que recibió una negación silenciosa con la cabeza.

- No te preocupes, es posible que luego te vayas acordando por tu cuenta. Mira, el cuervo es tu mascota Kanzaburo - dijo señalando al pájaro - y yo soy tú mejor amigo Kokushibo.-

El de cabello azabache escuchó atentamente esa información, reteniéndola y acercándose entonces con cautela al cuervo, el cual se posó con suavidad en su brazo.

Seguía sin recordar nada, pero agradecía al menos tener a alguien que le explicará un poco las cosas en este momento.










Vengando A Gary (Continuación De Cuidando A Gary)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora