Francisco.
El pasado.Después de esa noche, ya nada fue igual.
Mi relación con Adrián había tenido un declive enorme, quizá destruyéndola un poco o por completo, no lo sabía pero sabía que mi relación con Adrián ya no era la misma. Me causaba repudio saber como en cuestión de semanas, todo se había ido a la mierda y con ello, mi corazón.
Síndrome de corazón roto.
No solo era mi afección la que ahora provocaba dolores intentos y que provocara mi hiperventilación, tenía el corazón destruido, literal y metafóricamente. No había nada que pudiese arreglarlo, jamás.
Esteban me había rechazado un maldito lunes y ahora había otro motivo más para odiar esos días.
Casi tres semanas después, me encontraba ahí, parado en la entrada de mi colegio mientras la lluvia caía sobre mi, mi cabello rubio se humedecía de a poco por las gotas que se colaban y un suspiro salió de mis labios antes de tomar mi paraguas y abrirlo, dejando que el agua cayera sobre él en vez de mojarme a mi, antes lo hubiese hecho, hubiese dejado que la agua de lluvia me bendijera y me empapara de ella, pero no podía, al menos si quería vivir.
—¿Francisco? —mi mirada fue hasta atrás y me encontré con la mirada de Adrián.
—¿Qué haces acá?
—V-vine por vos —murmuro y negue con la cabeza.
Me gire sobre mis talones para seguir caminando; era la primera vez en tres semanas que venía por mi después de todo lo sucedido, ninguno de los dos había dicho algo pero ambos sentíamos que había una enorme grieta que ahora nos separaba. Una herida incapaz de cerrar y que solo sangraba y expulsaba pus.
Su mano sujeto mi brazo y lo mire, estaba empapado de lluvia y sus ojos verdes claros se encontraron con los míos por breves segundos.
—¿Querés dejarme un rato? —pregunté, asqueado de seguir con la conversación.
—Fer nos está esperando.
Mi mirada fue detrás de su hombro y mire al guardaespaldas esperarnos en la entrada de la camioneta, con un paraguas oscuro. Mi mirada fue hasta Adrián de nuevo y enarqué una ceja.
—¿Él ya lo sabe? —pregunté y Adrián se quedó unos segundos quieto y callado, antes de bajar la mirada y negar—. Entonces anda y decíselo. No podes estar jugando con él también, Adrián.
—Francisco...
—¡Déjame! —exclame mirándolo cuando quiso retenerme una vez más.
Adrián me miró sorprendido y asustado, mi rostro cambió y me di cuenta de lo que había hecho pero no me detuve a disculparme, no lo hice, solo me di la vuelta y seguí mi camino.
Ni siquiera gire a verlo por última vez.
[...]
—Fran, mi niño —la voz de mamá llegó a mis oídos cuando llegue a casa y la mire con una pequeña sonrisa antes de sentir las manos de Claudia sobre mi rostro y peinar mi cabello hacia atrás—. ¿Por que tardaste tanto? ¿Adrián no fue por vos?
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Un corazón de cristal (LIBRO #2)
FanfictionÉl era alguien que no necesitaba, pero también era la debilidad que jamás vio venir con la ironía más cruel de su vida. O cuando Esteban se ve obligado a comprometerse con el hermano menor de quien iba a ser su prometido. AU OMEGAVERSE