- ¿Te puedo besar? - preguntó Vicente algo agitado al de ojos negros. Había estado corriendo intentando librarse de la nueva accionista que se ofrecía a presentarle a su hija.
- ¿Qué? - respondió Roberto sin poder reaccionar del todo, pues Vicente tomó con cuidado sus mejillas y se acercó a su rostro robando un beso de los labios del contrario. Al romper el beso ambos se miraban a los ojos. Y se encontraban sonrojados.
-Perdón- susurró el más alto una disculpa, aunque realmente no lo lamentara.
-Disculpe, señor Acker- dijo la mujer. - ¿Por qué no me dijo que tiene novio? - y se sintió avergonzada por insistirle mucho al joven. - Creí que estaba soltero después de su divorcio, bueno, es un placer poder accionar con usted, pero soy una mujer de negocios y tengo muchas actividades más, yo me retiro.- se despidió con un apretón de manos de ambos jóvenes. -Por cierto señor Acker, su novio es muy guapo.- y se retiró sin más.
Vicente suspiro aliviado y le explicó lo que había sucedido, el de ojos negros comprendió. Pero se despidieron porque el de menos altura tenía que firmar algunos papeles junto con las chicas.
Ambos jóvenes separaron sus caminos. Desde que ambos jóvenes se reencontraron, Vicente, uso de excusa la supuesta alianza de ambas empresas para ir a la empresa DESG-R. Era una excusa perfecta, y las muchachas estaban más que felices, tanto que le pusieron una oficina como invitado especial.
Pasado una hora, Vicente se encontraba esperando a Roberto, pues esperaba despedirse antes de irse. Pero se vio interrumpido por la secretaria del muchacho, hacia movimientos exagerados y descubría más el escote su camisa.
-Señor Acker- hablo con voz chillona. El más alto volteo a verla interrogante. - ¿Ya tiene el nuevo número del señor Vann? - preguntó con coquetería.
- ¿Cambio de número? ¿Por qué no me dijo nada? - el muchacho rasco su nuca confundido y le sonrió a la joven. - ¿Podrías darme el número de tu jefe? ¿Por favor? -
-Por supuesto- la muchacha comenzó a dictar, mientras Vicente anotaba atentamente. -Puedes marcarme cuando quieras - dijo la joven mientras jugaba con su cabello. El oji-marrón le dio una mueca de desagrado y elimino el número. - ¿Le parece si está noche vamos a pasarla bien? Conozco buenos lugares- la secretaria se acercaba peligrosamente al muchacho acariciando el pecho del más alto, pero Vicente detuvo las juguetonas manos de la muchacha pidiéndole que parará.
Roberto al ver aquello se sintió celoso y se acercó rápidamente a ellos.
-He terminado mi reunión, Vicent- dijo entre dientes. La señorita y el mencionado voltearon a verlo, Roberto se aproximaba hacia el oji-marrón provocando que por inercia la joven se separara al instante de Vicente. Al llegar a él, rodeo los hombros del muchacho con sus brazos usando la punta de sus pies para poder llegar a los labios de Vicente dándole un beso. -Santi está por salir del preescolar, tenemos que ir rápido, amor- comentó Roberto mientras le sonreía. Y Vicente solo se dejó hacer.
Al salir finalmente del edificio y Vicente comenzó a reírse y el más bajo lo miro mal.
- ¿Amor? - mencionó con un tono de burla. Por lo que el pelinegro se sintió avergonzado.
-"Por cierto señor Acker, su novio es muy guapo."- repitió haciendo un ademán de comillas con las manos, recordándole lo de la mujer accionista. Por lo que ahora Vicente era el que se sentía cohibido.
- ¿Por qué me besaste? - evadió el peli-castaño.
-Porque tú me dijiste que eres mío, solo estaba demostrándolo- respondió Roberto evitando la mirada de Vicente. Este último se sintió emocionado y lo abrazo por la cintura.
-Lo soy-
El pelinegro correspondió el abrazo llevando sus brazos a los hombros del contrario.
- ¿Puedo ser tu compañía, tu delirio y tu consuelo? – Roberto susurró cerca del oído del oji-marrón. Y Vicente se sintió extremadamente bien, el recuerda haberlo dicho en su primer noviazgo, solo que ahora era Roberto quien lo decía, su corazón latía acelerado, su galletita aún recordaba esas palabras que dijo con sincero amor.
-Tú puedes- respondió rompiendo el abrazo tomando sus mejillas dándole un beso.
-Se ven tan perfectos- menciono Sara, y los muchachos se separaron sonrojados. -Yo sabía que aún se aman- suspiró. -Quisiera tener ese problema- las muchachas y la joven pareja rieron por lo que dijo Sara.
Era el inicio de aquello que creían se había terminado. Vicente y Roberto estaban juntos de nuevo.
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¿Olvidarte?
Fanfiction-¿Puedo ser tu compañía, tu delirio y tu consuelo?-preguntó el joven más alto con quietud y suma atención, el de ojos negros balbuceo un poco, el quiere pero tiene miedo. -Tú puedes- dijo en un susurró al más alto.