Reencuentros

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Mientras el olor a café impregnaba la oficina y el sonido de las manecillas del reloj avanzando. Sakura leía en silencio con la figura de shizune y shikamaru frente a ella:

­—¿te parece bien?— preguntó Shizune sosteniendo una carpeta con documentos.

—Hm, aunque los gastos en mantención me parecen algo excesivos. ¿Noragami-san dio su visto bueno?— consulto la pelirosa con rostro serio.

—Sí, el comité también dio su visto bueno. Al menos con estas mejoras podremos implementar mejor seguridad en los puntos ciegos.—Agregó Shikamaru

—Entiendo, cuando ya esté implementado asegúrate de crear un simulacro. Quiero estar allí y que el equipo de Atsushi y Rock-lee estén. Por favor— ordeno sakura.

Ambos salieron de la oficina en silencio, suspiraron agotados y continuaron su paso por el corredor.

—Es increíble ¿verdad? No se le escapa nada—susurró Shizune

—así es, al menos desde que Sakura se volvió Hokage la oficina esta increíblemente ordenada, no hay más pendientes y llegamos todos temprano a casa.

—Un verdadero líder sabe como administrar a su equipo, ¿verdad? —respondió Shizune con una sonrisa.

Los cambios hechos por la kunoishi fueron bruscos pese a que había asumido interina, fue cosa de tiempo para que el consejo de la aldea lo decidiera de forma unánime. Sin embargo, no hubo ninguna ceremonia a petición de la nueva Hokage, sólo se hizo un comunicado general ya que para ella la ceremonia solo era una pérdida de tiempo en comparación a la productividad y al desorden administrativo que encontró. Fueron 2 años de arduo trabajo. No sólo eso, sino que los servicios de ninjas volvían a ser relevantes en la aldea con los nuevos cargos y servicios que se entregaban. Sakura descentralizo las unidades y delego en responsabilidades formando nuevas organizaciones las cuales estaban dirigidas por personal nombrado por ella con exclusiva confianza, respaldando todo con el anbu y el nuevo de equipo de elite anticorrupción y/o asociación ilícita en contra de la aldea.

Su más reciente implementación fue el escuadrón de reconocimiento y exploración. Ninjas escogidos para investigar y traer toda aquello desconocido por la aldea más allá del ninjitsu. Con la experiencia de Sarada descubrió que había todo un mundo desconocido. El trabajo no le permitió sentirse sola o angustiada, sólo en las noches extrañaba a su hija, en los pequeños descansos de café, y en los días libres la silueta de una espalda varonil y familiar venía a su mente dándole una pequeña y tímida sonrisa.

Lejos de allí la luna brillaba con fuerza reflejándose en un lago entre el frondoso bosque, Boruto emergió bajo las aguas agotado, con su respiración agitada. Naruto sobre un árbol le observaba con ojos brillantes, su expresión dura se marcaba aún más con los rayos azules de la luna. Boruto ya no era el mismo, había crecido en estatura y musculatura. Llevaba su torso desnudo y sus pantalones cargo negros eran acompañados con sandalias azules y largas. Su cuerpo estaba cubierto de varias cicatrices. Su peinado se parecía más al de su abuelo que al de su propio padre. Muchos rayos salieron de su cuerpo:

—¿tan pronto te ofuscaste? — pregunto Naruto muy serio

Boruto sonrió. —No sólo estoy calentando motores.

—Me parece bien. Ya es la hora— recordó el hombre saltando frente al lago

—Sí, estoy impaciente— respondió Boruto.

—Sí, estoy impaciente— respondió Boruto

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Remenbranzas: RevelaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora