4. Vacaciones.

1.4K 40 3
                                    


El curso dio comienzo, y con él un mundo nuevo y emocionante se abrió de par en par para Chiara. Las clases le parecían apasionantes, las exposiciones y quedadas con los compañeros estaban cargadas de buen ambiente y nuevas aspiraciones. Todo era nuevo y sin embargo tan familiar. La magia que se había apoderado de ella cuando entraba en el estudio de Guzmán para recibir sus clases particulares en los últimos años, impregnaba ahora cada recodo de aquel campus, cada clase, cada materia... cada persona nueva que conocía, con sus excentricidades y sus tan particulares ideas.

En lugar de reprimirse, encontraba a profesores y compañeros que la invitaban a explorar, experimentar y compartir... y más pronto de lo que se imaginó, se vio a sí misma realizando mejoras en su trabajo. No había herramienta que los profesores pusieran a su alcance, con la que ella no experimentara en busca de un solo objetivo.... conseguir plasmar en lienzo o papel, lo que sus ojos, su mente y su sentir le dibujaban tan claramente en su cabeza.

Sin darse cuenta pasaron los meses y a la vuelta de la esquina se asomaron las vacaciones de Navidad. Ruslana la vio sentada en el césped al salir de su última clase y se apresuró a llegar hasta ella.

- Eyyy... por fin he terminado... ¡empiezan las vacaciones! –gritó Ruslana pletórica mientras se lanzaba al suelo junto a Chiara-.

- Enhorabuena... -le dijo Chiara removiéndole el pelo mientras ambas sonreían-. A mí sólo me queda una tutoría con el profesor de "Idea, Concepto y Proceso en la Creación Artística".

- ¿Y eso? –le preguntó extrañada Ruslana-.

Chiara se encogió de hombros antes de responder.

- Ni idea, debe ser algo del trabajo voluntario para subir nota. ¿Tú no lo hiciste al final no? –le preguntó Chiara-.

- No tía, no me daba tiempo –le respondió Ruslana-.

- Jajaja... no me extraña, últimamente no paras quieta –le dijo con retintín Chiara, pues Ruslana parecía que aún no se había puesto al día con los viejos y los innumerables nuevos amigos que siempre la invitaban a fiestas a las que ella por supuesto no sabía decir que no-.

- Jajaja... ¡ya! ¡tengo que frenar un poco sino me van a caer todas en los exámenes de enero! –dijo Ruslana arrugando la nariz-. Me echarás una manita, ¿no?

- Claro que sí –le dijo Chiara volviendo a concentrarse en el boceto que aún no había concluido-.

- ¿Qué haces? –se interesó Ruslana por saber en qué andaba metida ahora Chiara y se asomó a su cuaderno-. ¡Vayaaa!

Exclamó Ruslana poniéndose más erguida a su lado, miró hacia el edificio real que se alzaba ante ellas y luego volvió a valorar el dibujo que Chiara estaba detallando.

- ¡Tíaaa... es cojonudo! –la felicitó Ruslana sinceramente-. Ahora me explico porque el otro día la cotilla de Teresa y la mosquita muerta de Alejandro hablaban tan envidiosos de ti.

- ¿Cómo? –Chiara se sorprendió de aquella información y levantó la cara de su trabajo con un interrogante en la mirada-.

- Parece ser que te estás haciendo ya un nombrecito, compañera... –le dijo Ruslana cogiéndola por los hombros-. ¡Esto está de puta madre! –volvió a admirar el boceto de su amiga-.

- En estos momentos no se si mandarte a la mierda o darte las gracias –contestó Chiara, pero la arruga en su frente que se había formado al conocer que algunos compañeros chismorreaban sobre ella a sus espaldas, empezó a desaparecer de su rostro mientras volvía a clavar los ojos en el dibujo que ahora sostenía Ruslana-. Las naturalezas muertas no me preocupan demasiado, en cambio los retratos.... –Chiara arrugó la nariz, seguía peleando consigo misma con respecto aquel tema. A pesar de tener tanto trabajo, aún no había renunciado por completo al boceto de la chica desnuda que aún a veces se le presentaba de imprevisto en la cabeza-.

That was then... // KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora