32. Cruce de caminos

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Violeta miró el reloj con impaciencia mientras se terminaba un zumo de naranja. Llevaba toda la semana despertando a Chiara por teléfono porque le encantaba escuchar su voz de recién levantada, y lo cursi de aquella situación la hizo sonreír y cabecear incrédula. Si alguien le hubiera dicho alguna vez que se llegaría a comportar así con alguien, le hubiera dado un ataque de risa, pero con Chiara le parecía tan Violetaural que se sorprendía de si misma constantemente. Por fin dieron las diez, y fue hasta el salón con el teléfono en la mano. Mientras se sentaba en el sofá empezó a marcar el conocido número. Un timbre, Chiara ni lo habría escuchado.... Dos... el zumbido empezaría a molestarla.... Tres.... Gruñiría aún en el duermevela.... Cuatro, llegados a ese punto ya debía estar dando manotazos en la mesita de noche.... Cinco....

- ¿sii?

La voz ronca y quebrada de Chiara salvó la distancia. Violeta sonrió de oreja a oreja, cuánto le gustaría estar allí con ella para despertarla, y sin embargo no podría hacerlo hasta mañana.

- Buenos días, bebé –le susurró con una ternura que la sobrecogió incluso a ella-.

- Mmmm... -Chiara se desperezó al teléfono-... buenos días, mi amor.... Uffff... -tomó aire tratando de abrir los ojos-.... Mmm ¿qué hora es?

Violeta podía verla estirándose entre las sábanas, y parpadeando intensamente un par de veces para tomar conciencia de su alrededor.

- Hora de levantarse y hacer algo de provecho, son las diez de la mañana –le dijo imitando una voz autoritaria-.

- Sí, señora.... –le respondió enérgicamente, y Violeta no pudo evitar reírse-.

- Debería haberte dejado dormir un poco más, pero... - se mordió la lengua y Chiara que ya estaba más despierta detectó que quería haber dicho algo más-.

- ¿Pero? –le preguntó-.

- me moría por escuchar tu voz... -se hizo un emotivo silencio entre las dos mientras los sentimientos que fluían entre ellas volvían a ponerles el corazón a funcionar-...¡te echo de menos!

- Yo a ti también–le respondió con una sonrisa-. Por suerte, hoy ya es viernes... ¿sabes lo que eso significa?

Violeta notó el cambio pícaro en su voz, y le empezó a hervir la sangre.

- ¿Qué trabajo? –se hizo la tonta-.

- Grrrr.... –gruñó Chiara, aquello era lo que menos le gustaba de que fuera viernes, no le hacía ninguna ilusión el pensar que estaría rodeada de bellas mujeres que la devorarían, quizá no literalmente, pero sí con sus miradas-.... Acabas de fastidiarme todo el día –le espetó en broma-.

- Jajajajaja.... ¿y eso? ¿pero tú no decías que no eras celosa? –la pinchó Violeta, haciendo alusión a una de las conversaciones que habían tenido esa misma semana-.

- No lo soy–contestó con firmeza-

- ¡Ya! –lo dudó-. De todas formas, lo comprobaremos esta noche... porque... ¿vendrás, no? –la idea de que Chiara no fuera a pasarse por el pub, y tener que aguantar más horas sin verla de pronto la angustió-.

- ¿no me digas que no tienes bastante con el séquito de tus fans? –aprovechó la pelinegra para hacerla rabiar en broma-.

Pero el silencio que vino a continuación la preocupó, parecía que había metido la pata.

- Sólo hay una persona a la que quiero ver y con la que quiero estar, y eres tú –le dijo de pronto y a Chiara se le paró el pulso por un momento- ¿Kiki? –preguntó tras escuchar el vació al otro lado del teléfono-.

That was then... // KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora