☥«𝟐𝟑»☥

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Se quitó el pasamontañas negro en cuanto paró su andar frente a su jefe, con la mirada atenta de dos de sus compañeros de los tres que había aparte de su superior. Su cabello rubio llamó la atención de dos de sus compañeros. Las miradas afiladas de estos no se hicieron de esperar. Especialmente por parte de uno.

Gringo: Muy bien, rubiales. Preséntate. -ordeno, mientras miraba expectante a que su palabra fuera cumplida, cosa que aún no pasaba, a pesar de ya haber pasado unos segundos.-

Por lo menos para uno de los cuatro presente no era una sorpresa la demora. Conocia al menor y sabía lo desconfiado que podía llegar a ser. Entendía el porque, pero a veces era llevado a otro nivel de desconfianza que era imposible de comprender para el mexicano, y que dudaba mucho que otro ser en la tierra pudiera llegar a comprender.

Por fin después de unos segundos que parecieron minutos el rubio se digno a acatar la orden que se le había dado.

Gustabo: Mi nombre es Gustabo con b de bombón. Formo parte de la policía y tengo el rango de sub-inspector. Debido a unos líos tengo que ir de encubierta en la policía. Mi nombre encubierto es Fred. -se trato de explicar en la mejor manera posible, que fuera corta pero que no se saltarán ningún aspecto importante de su posición en la policía, al igual que cuidó que todo fuera respetuoso. Su vocabulario jamas había sido tan refinado como hace segundos atrás.-

Era el turno de Gringo de hablar, pero cayo para dejar que sus compañeros se expresaran, en especial el que poseía un gorro de pescadero, el cuál no tardó demasiado en hacer el primer ruido en ese silencio.

Un suspiro salió de los labios del encapuchado y que como accesorio traía un gorro. La atención de todos fue a él, esperando el posible reclamo, pues su cuerpo traicionaba sus intenciones, sus pensamientos de que claramente no le agradó algo en el comportamiento del más bajo.

Nadando: Vamos a ver, chaval. -Gustabo posó sus ojos en el mayor ante su voz, al igual que el resto que presto aún más atención en él y el tono en que su voz salía.- ¿Acaso no sabes lo que es una orden?

Gustabo: Sí lo sé. -su tono salió sin sumisión, aunque la voz del contrario exigía eso con su canturreo más grave y autoritario. Aún así, la reacción de la falta de sumisión fue recibida bien.-

Nadando: ¿Entonces? Acata las órdenes en cuanto se te den y no esperes horas para acatarlas como ahora. ¿Entendido? -el rubio asintió en silencio con su mirada azulada en el de gorro.-

Xiaomi: Gu'tabo. -esta vez el que exigió la atención del nuevo fue el de mascara de duende, y recibió lo que quería en una milésima de segundo.- No me agladabas. Pelo ahola sí. Tenel huevos.

Esas palabras eran un halago, un peculiar halago pero que por lo menos a Gustabo le gustó y sirvieron para que viera tal vez una futura amistad con el que se escondía detrás de esa máscara.

Gringo: Muy bien. Ahora, rubiales. ¿Qué pasó con el Congay? -fue directo al grano después de la riña y halagos por parte de dos de sus compañeros hacia el nuevo.-

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‡𝕻𝖔𝖙𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆𝖑‡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora