☥«𝟐𝟎»☥

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Gustabo: Pues nada. Que el viejo de los cojones me dijo que era un crío. Más que Horacio ¿puedes creerlo? -observo a su compañero que nego con la cabeza ante su pregunta- Y bueno. Tú ya sabes que me caliento muy rápido, así que le dije unas cuantas cosas y ya.

Emilio: Pinche pendejo wey -una risa se escucho del Mexicano al escuchar el relato del rubio. Este lo observa con confusión ante su reacción después de que conto lo que sucedió- Usted me recuerda a mi gente de México. Se pone en modo diablo bien rápido.

El ojiazul al escuchar eso no pudo no acompañar a su amigo en la risa, soltando también una risa junto con el mayor.

Ambos pararon su risa en unos cuantos segundos, después de que ese hecho perdiera la gracia, pero dejando en ellos una sonrisa divertida por el suceso.

Gustabo: Es que tú ya sabes me pongo en modo diablo como me insulten un poco.

Emilio: Sí wey, y más aun si se meten con sus capacidades. No crea que no me e dado cuenta de eso. -coloco una de sus manos en el hombro contrario con una sonrisa cálida- Pero usted no se preocupe joto. En la mafia sí apreciaran sus capacidades.

Gustabo ensanchó más su sonrisa ante lo dicho. Eso era verdad. En lo poco que había trabajado para la organización, ya lo habían felicitado por su trabajo y no había recibido ninguna queja por parte de su superior, dado al fallo que tuvo la vez anterior por no cerrarle por completo la boca a Horacio.

Aun seguía sin poder creer que unos mafiosos lo trataran mejor en el ambiento laboral que en la policía. Y eso aún porque no los conocia a todos ni había tenido la oportunidad de charlar más allá de trabajo con los pocos que tenía interaccion. Ya que gracias a la pequeña charla que tuvo en la casa del de coleta con el dueño de esta, se había enterado de lo tan carismáticos que eran.

Gustabo: No, si me imagino que sí. En lo poco que llevo trabajando para vosotros ya me habéis tratado mejor que la policía de mierda. -bajo su mirada al suelo recordando el pleito que había tenido con su jefe y que era la razón de su encuentro con el mexicano-

Emilio: Le digo wey. La mafia no solo es eso. Si no también una familia.

Esa palabra resonó en su mente; familia. Había escuchado en más de una ocasión esa palabra en multiples veces en las que Conway se reunía con ellos. Siempre decía que el CNP era una familia. Pero nunca logro comprender lo que en verdad esa palabras significaban. Más bien sí, sí sabía lo que significaba, pero no lo comprendía.

No comprendía que era una familia. No sabía lo que era ese sentimiento ¿a caso era lo mismo que llegó a sentír en su día por su hermano? No, eso no podía ser. La familia significaba; sentirse seguro, confiar plenamente en los otros, no tener que ocultar una parte de ti. Que te acepten tal y como eres. Eso era. Y eso era lo que no sentía en la policía.

Ahí no había nada de eso. Los agentes se peleaban entre ellos por ver quién tenía un mayor puesto, se insultaban en los vestuarios, y días despues de la muerte de Torrente las risas e insultos ya habían vuelto, acabando con sus falsas lágrimas que se dedicaron en derramar en los primeros día después de la muerte del oficial II. Valla familia...

Gustabo: Eh bueno. Venia a decirte también si me podías ayudar con el tema del viejo. -camino de tema al momento en el que sus cuestionamientos sobre esa palabra aumentaran-

Emilio: Yo le entro a todo lo que sea putear al pinche pendejo. Mientras no le metamos un tiro. Eso será para más tarde.

Gustabo: No no. No es nada de eso. Me preguntaba si podríais o podías hacer un atraco, y darle unos cuantos tiros al superverga ardiente ¿sabes? -observo al contrario que nego con la cabeza aún son la sonrisa en su rostro-

‡𝕻𝖔𝖙𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆𝖑‡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora