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La luz del sol lograba colarse por el hueco de los barrotes que esa pequeña habitación poseia

El rubio avía sido informado esa mañana que saldría de ese lugar, aunque solo estuvo poco tiempo se hizo de respetar rápidamente, y con razón, ya que en el momento en el que entró avía tumbado al más respetado del lugar

Pero ¿Porque?, Por la simple y sencilla razón de que lo avía llamado gilipollas, y faltas de respeto asia el era algo que no toleraba, y esa fue una de las razones por las que termino hay, por las faltas de respeto constante asia su jefe, porque este lo proporcionaba insultos al igual que golpes 

Pero por fin podría salir de hay

El rubio se encontraba tan centrado  en sus pensamientos, y lo único que lo hizo reaccionar fue el guardia que provo un detestable sonido al chocar la porra contra los barrotes de metal

Gustabo: Ya voy -menciono asia el guardia para que para de hacer ese detestable sonido-

El menor salió esposado junto con el oficial, en su camino asia la libertad varios de sus compañeros de federal se despedían de el, con un "ojalá verte pronto pero afuera","buena suerte" o el mejor que avía escuchado "me saludas al mundo"

Una risa salió de los labios de Gustabo al escuchar esa última frase, y sabia quien se la avía dedicado, Jose, uno de los prisioneros del que se avía echo amigo

Gustabo: Por supuesto Jose -grito el rubio para que el contrario escuchará, cosa que consiguió-

Unos pasos más y ya se encontraba frente a la puerta de federal, que lo separaba de su libertad, ya podría salir, y con el nuevos pensamientos al igual que una sonrisa en su rostro por el último comentario dicho por su amigo

Guardia: Gustabo García, puede salir -informo el guarida asia el recluso-

El ojiazul tomo la manija de la puerta y la abrió, dejado ver el reluciente sol en sus ojos, sintiendo co quemaba al contacto con su piel, ya que dentro de la federal todo estaba techado, por ende no sentía el sol en su piel desde hace 24 hr

Gustabo: ¡Hola mundo! -grito asia la nada, cumpliendo la promesa que le hizo a su amigo-

Una vez que paro su grito un automóvil se paró justo en frente de el, al principio creyó que era Conway, ya que después de todo el lo avía sacado y metido de ese lugar, pero grande fue su sorpresa al ver al conductor de ese auto

Emilio: Subase joto -dijo asia el rubio con su típico acento mexicano-

Gustabo: Hombre Emilio -saludo abriendo la puerta de copiloto pasando dentro del auto- ¿Cómo estás? -pregunto con una sonrisa vastante feliz en sus labios-

Emilio: Yo estoy bien wey, per dígame ¿Cómo se encuentra usted?

Gustabo: De puta madre, no te la pasas tan mal en federal -menciono mirando por la ventana, observando como el edificio en el que estuvo un día se hacía cada vez mas chico-

Emilio: Por supuesto que no, si hay hay varias personas como nosotros, nos sentimos en familia hay -una sonrisa de satisfacción se apoderó de su rostro, que no paso desapercibida por el contrario-

Gustabo: Dime Emilio, ¿Me échate de menos? -pregunto con una ceja alzada, y con un tono de picardía en su voz-

Emilio: Pues si wey, usted es mi amigo, como no lo voy a echar de menos

Gustabo: Que lindo Emilio, yo también te eche de menos joto -lo último mencionado por el rubio hizo que el mexicano soltara una risa por aquella palabra utilizada por el menor-

.    .    .

El resto del camino avía sido entre risas, chistes, anécdotas, recuerdos y charlas triviales entre ambos

Asi hasta que el de coleta estaciono el auto en frente de la casa del de menor estatura

Gustabo: Bueno Emilio muchas gracias por todo -agradeció con una sonrisa que no avía sido borrada desde que salió de federal-

Emilio: No tiene de que agradecer, por cierto wey, mañana tenemos reunión, ya le avisare yo

Gustabo: De acuerdo, pero, ¿Porque abra reunión?

Emilio: El jefe junto con los demas quieren saber cómo se encuentra -informo el pelinegro asia el ojiazul-

Gustabo: A vale, entonces luego nos hablamos cara lechuga

Emilio: Si...¿Cara lechuga?

Gustabo: Si, cara lechuga -y con eso procedió a meterse rápidamente asia su casa-

Al entrara camino hasta su habitación y se dejo caer en su comoda cama, que tanto avía extrañado, la sonrisa que el rubio poseía se volvió más grande al recordar las palabras del mexicano, "el jefe junto con los demas quieren saber cómo se encuentra"

La mafia se preocupaba por el, incluso sus "compañeros" –ya que aún no era miembro cien por ciento de la organización–, ellos, a unos tipos que no avía conocido, le tenían el aprecio suficiente como para preguntar cómo estaba, eso sín haber dialogado alguna vez, mejor ellos que la supuesta "familia" del CNP

Su mente inundada de pensamiento positivos y agradables asia la mafia lo acompañaron hasta que cerro sus ojos, listo para descansar de ese día, y asi lo hubiera hecho si no hubiera sido interrumpido por el sonido de su móvil

La pantalla se encendió, dejando a la vista el nombre de la persona que se encontraba llamándolo, y ese nombre era "viejo decrépito"

Sin ánimos estiró su brazo hasta poder coger su teléfono, y cogio la llamada sin ningún tipo de motivación



¿Si?-


-Quiro que vengas a comisaría ya


Hola Conway, mucho gusto también de saludarlo-


-¡Ven ya anormal!

Ya voy-

Y con esas palabras como despedía corto la llamada, cómo siempre su jefe tan cariñoso

No quería ir a comisaría, lo último que quería era ir a presentarse hay, pero no tenía de otra opción

Así que se levantó de su cama y salió de su casa, y empezó a caminar rumbo a una tienda de ropa, para comprar el pasamontaña, que no tenía por qué su jefe ni le dio tiempo para poder guardar aquella prenda para mantener oculta su identidad

Ni siquiera eso le dio tiempo a hacer, y eso era algo que le afectaba a su superior si es que la mentira se dejaba ver, ni algo que le afectaba a el, lo dejo hacer, ¿Que se esperaba por los intereses de los demás?

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‡𝕻𝖔𝖙𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆𝖑‡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora