52 // my wish and hope

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▶『 Marina Bay, Singapur 』

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▶『 Marina Bay, Singapur 

Septiembre, 2023   

"Acepta quien eres" como si fuera tan fácil. 

¿Acaso no me había escuchado hablando por horas? ¿Acaso no me había prestado atención?

Le digo que temo perderlo todo y ella se le ocurre decirme: "Bien, pierdelo todo". Sin dudas, sin descaro, sin piedad ¿Como podía?

Quería vivir una vida tranquila, quería terminar con esto. Quería que la temporada terminara, quería quedarme en mi casa debajo de mi almohada y que el mundo simplemente desapareciera. Quería desaparecer, pero no de tristeza, de rabia.

Y cuando quería desaparecer, entrenaba.

Tenía un torbellino en la cabeza de pensamientos, así que entrenaba. Tenía muchos pensamientos al mismo tiempo, entrenaba. No quería hablar con nadie, entrenaba. Quería dejar todo de lado, entrenaba. 

Hasta que llegó Singapur no deje de entrenar incluso cuando la muñeca me exigia detenerme. No podía. Salía a correr todas las mañanas y mis pensamientos eran una pelota de tenis en medio de un partido. Si debía quedarme e insistirle a Toto sobre mi asiento o debía irme y trabajar para Red Bull y dejar las carreras.

Pero lo más importante, lo que dijo Christine, si debía decir la verdad. No podía dejar de pensar en aquello aunque supiera que era una estupidez. Simplemente rondaba en mi cabeza. 

No quería rendirme así simplemente. No quería hacerlo por todo lo que había trabajado, por Michael, por lo mucho que se esforzó ese verano, por mi, por todo lo que atravesé y el camino que vengo transitando. Pero más que nada, no quería rendirme por Jean, no tenía explicaciones para ella. Le debía muchísimo, y aunque quisiera dejarlo todo, al menos quería demostrarle que lo había intentado, que yo en serio lo habia intentado pero esto es más grande que yo y no puedo con ello.

Quería retirarme, pero no quería rendirme. Así que hice lo que odiaba hacer: pedir favores.

―¿Mick?―pregunte en cuanto atendió.

―¡Ame!―exclamó y pude notar en su tono la gran sonrisa que se extendía por su rostro haciéndome sonreír tambien. ―¿Como estas? ¿Como van tus lesiones?

―Meh... Aun tengo un poco de dolor en la muñeca, me han sacado los puntos del tobillo hace varias semanas y ha quedado como nuevo ¿Como esta Gina y tus padres?―pregunté.

―Auch, yo estoy muy bien, gracias por preguntar.

―Me alegro―rei. ―¿Que tal Gina y tus padres?―continúe bromeando y Mick carcajeo del otro lado de la línea. ―Mira, Mick... Sabes que no me gusta hacer esto, no me gusta tener que pedírtelo.

Capri Persson ⸻ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora