Capítulo 15

137 8 3
                                    

Alastair.

— Estás despedido.

— ¡No, por favor!— Suplica el hombre sentado al otro lado de la mesa— Se lo ruego, señor Caine.

Deslizo la butaca de cuero hacia atrás y me pongo de pie. Él hace lo mismo, juntando las manos como una súplica. Esto es humillante.

Me acerco hasta la licorera para servirme una copa de vodka y escucho sus pasos a mi espalda.

— No puede hacerme esto, tengo mujer e hijos.

— Todos tienen de eso, Miller— Respondo aburrido.

Vierto el líquido y me llevo el vaso a los labios. Me plazco al sentir el licor quemando mi garganta. Al final, tuve que aprovechar mi viaje de negocios a Moscú para hacerme con un vodka más fuerte. La mierda que venden en Estados Unidos es inservible.

— Dije que quería los informes para el lunes. Hoy es lunes y no los veo por ningún lado— Añado— En mi empresa busco eficacia, esto no es una ONG.

— Señor, no puede hacerme esto— Continúa con su patético ruego— Fue un error.

— En Caine Security no hay lugar a errores— Me acerco a mi mesa— Ahora, hazte un favor y deja de humillarte de tal forma.

— Pero, señor...— Sus suplicas son interrumpidas por el pitido que emite el botón sobre mi mesa.

Es el botón que avisa a mi secretaria, Sofía, quien tarda menos de cinco segundos en aparecer en el despacho. Hace más de siete años que trabaja para mí, es eficaz y sabe como me gustan las cosas. Por eso me la traje desde la sucursal en Moscú cuando volví a Nueva York, hace ocho meses ya de eso.

— ¿Qué puedo hacer por usted, señor Caine?.

— Acompaña al señor Miller hasta la salida.

— Por supuesto— Asiente y se acerca al susodicho.

Este me mira suplicante mientras la otra le expulsa pero le ignoro, dandole un trago a la copa, esta vez me la termino de golpe. Me pellizco el puente de la nariz y dejo el vaso sobre mi mesa de cristal.

La puerta se cierra y lo agradezco. Odio fingir que me importan cosas que realmente me importan una mierda.

Me han tachado de frio e insensible en incontables ocasiones, lo cierto es que no se equivocan, pero eso es lo que me ha llevado hasta donde estoy hoy. Un buen director ejecutivo no puede ser un sensiblero, siempre se necesita aplicar la mano dura. Velo por el bien de mi empresa y no voy a mantener a inútiles en ella sólo por pena. El mundo real no funciona así y si es ahora cuando se dan cuenta, están jodidos.

No descarto la idea de que el que esté más jodido de la cuenta sea yo y no ellos pero, ¿a quién le importa?.

Miro el Rolex de mi muñeca, marca las siete, por lo que aún queda una hora para mi reunión. Anoche recibí una llamada un tanto inesperada, y como no, buscaba un favor de mi parte. Se lo voy a conceder porque sé que puede servirme en un futuro. Nunca hago nada que no pueda beneficiarme en el futuro. Incluso si se trata de la familia, me cobrare ese favor.

Me siento de nuevo en mi mesa y abro el correo en la pantalla del ordenador. El agente Hussian me envió unos documentos hace unas horas y hasta ahora no había tenido tiempo de revisarlos.

Estoy revisando el primer archivo cuando llaman a la puerta. ¿Qué mierda pasa ahora?.

— Adelante.

De nuevo, la menuda figura de Sofía se asoman tras la puerta de cristal.

— ¿Qué ocurre?.

— Señor, tiene una visita— Me informa desde el umbral.

Steel Heart [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora