Parque.

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— dib, querido mira— señaló tak a su computadora — este vestido de novia me encanta, pero me gustaría que llevaras un traje que haga juego con el, ¿quw te parece?, ¿dib?, ¿oye me estas escuchando ?— dijo tak enojada al ver a su prometido absorto en su celular.

— ahh, si como quieras amor, todo te queda perfecto— dijo dib sonriendo.

— ¿que sucede?, has estado distraído desde ayer en la cena—

— no es nada, solo estoy cansado y un poco estresado por la boda— comento el pelinegro dándole un beso — todo esta bien—.

— te voy a creer, por cierto querido, el novio de tu hermana es raro ¿no crees?— dijo tak.

— ¿a que te refieres?— pregunto dib.

— ya sabes, la verdad el es extraño, cualquiera diría que es gay con solo verlo, la verdad no creo que estén en una relación— dijo tak burlonamente.

— no deberías decir esas cosas de la gente tak, no es educado, aparte veo feliz a gaz y eso es lo único que importa — dijo dib.

— No lo se, extrañamente cuando estamos juntos, el te mira mucho como si...—

— basta, deja de decir tonterías y mejor sigamos viendo los vestuarios — dijo dib cortando la conversación abruptamente.

.....

— gaz, creo que.. ahhhhh — grito zim aferrándose a la silla.

— ya deja de quejarte zim, ya casi termino — dijo gaz acercándose al rostro de este.

— ¡no tiene sentido que los humanos produzcan cabello o pelo si se lo van a quitar!— dijo indignado zim.

Gaz terminó de depilar al alíen de las cejas — perfecto, te vez bien, ahora necesitas un nuevo guardarropa— comento la femenina colocándose los tenis— iremos de compras zim.

Zim asintió, tomando la mano de gaz y entrelazandola para salir de la habitación, en la sala se encontraban dib y tak besándose cariñosamente. Gaz no dudo en mirar a zim que solo sentía sus ojos picar al ver tal escena enfrente de él.

— vamos amor— dijo gaz, haciendo que la pareja se alejara.

— ¿a donde van?— pregunto dib tratando se incorporarse.

— de compras,— dijo gaz mirando de reojo a tak.

— vaya, te vez bien amigo— dijo dib mirando a zim.

— gracias huma... dib— contestó zim con un sonrojo en sus mejillas.

Gaz y zim salieron de la casa, sin darse cuenta que sus manos seguían entrelazadas hasta que llegaron al centro comercial.

— bien, ahora necesito que dejes de ver a mi hermano como un cordero a medio morir— dijo la pelimorada — ¡vamos!, no te dejes intimidar, que no vea que te duele verlo con tak.

— esque, siento una presión en el pecho— señala zim.

— pues debes aprender a controlarlo, — sonrió gaz. — ahora vamos a ver lo de la ropa, será mi regalo de bodas adelantado—.

—¿regalo de bodas?— pregunto zim confundido.

— la tuya y de mi hermano— guiño el ojo gaz haciendo sonrojar a zim completamente.

Horas después zim estaba lleno de bolsas de ropa que gaz le había comprado, — oye, esto ya es mucho—.

— ya basta con eso,— dijo gaz — necesito que te cambies, mira ponte este conjunto que fue el que mejor se te veia— dijo gaz empujándolo al baño.

— pero, bueno.. — dijo zim tomando la bolsa que le había dado.

....

— bien hermana, ¿para que me dijiste que viniera?–  pregunto dib a su hermana.

— necesito que esperes aquí, te tengo una sopresa— comento gaz cargando todas las bolsas.

— ¿de que se trata?— dijo dib confundido.

— espera y veras, yo iré a dejar esto al auto ¿lo trajiste verdad?— dijo gaz haciendo que dib a sintiera con la cabeza.

Dib se quedó viendo como su hermana se alejaba, estaba confundido porque no sabía que esperar o a que hora regresaría su hermana.

— oye gaz, ya me puse esto pero aun no entiendo...— dijo  zim saliendo de los baños.

— ¿zim?— dib se le quedó viendo haciendo que el teléfono se cayera.

Zim se quedó inmóvil viendo a su primer amor enfrente de él, solo estaban los dos viéndose como hace años cuando se confesaron sus sentimientos por primera vez.

En un impulso zim abrazo a dib con todas sus fuerzas.

— zim.. yo.. — dib trato de apartarse pero zim apretó más el abrazo — lo siento pequeño— dijo este acariciando el cabello del ex alíen.

— solo cállate... cállate sucio humano— dijo zim aferrándose a dib con todas sus fuerzas.

— las cosas cambian, y debes aceptarlo—.

— dib.. yo necesito hablar contigo—.

— bien tiene sentido, ya es tarde aparte, zim no llores — dijo dib sintiendo que su corazón se rompía al escuchar el llanto de zim.

— por favor.. — suplico zim.

Dib suspiro – bien, vamos a mi habitación, tak no estará hasta mañana y tenemos toda la noche para hablar y darle fin a este capítulo—.

— si— contestó zim siguiendo el abrazo.





Bajo la lluvia (ZaDr)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora