Brother's best friend. - SukuFushi

5.-

Megumi continuaba tapándose la cara, sentía nuevamente que estaba como un tomate. Mientras, los otros dos tomaban lugar en la mesa, el pelinegro sintió como se sentaban a su lado.

- ¡Hola! Hey, ¿qué te pasó? - Yuji tomó sus muñecas, quitándolas de su cara, encontrándose de frente, acercándose demasiado a su rostro. - ¿Estás bien? Estas rojo.

- Hola. - Megumi miró de reojo a Sukuna, quien estaba frente a ellos, concentrado en su comida. El que no lo estuviera mirando se le hizo extraño, quitó sus manos del agarre del pelirosa, sentándose mirando al frente. - No es nada, solo recordé algo.

- ¿Qué recordaste?

- No es nada. - Megumi miró al chico frente a él. - Hola.

- Hola Gumi. - levantó su mirada, encontrándose con los azules ojos del chico y sonrió. Nobara estaba a un lado, aguantando las ganas de decir alguna idiotez y ocultando una sonrisa emocionada.

- ¿Qu-qué tal les fue hoy? ¿Ya entrevistaste a alguien hasta morir? - preguntó específicamente a Yuji, tratando de cambiar de tema, este rió.

- Aún no, pero es temprano todavía. ¿Cuántas maquetas te destruyeron hoy? - Nobara hizo una mueca.

- Nop, mi linda maqueta no se destruyó. - dijo sacándole la lengua de forma infantil.

Yuji cambió de lugares, sentándose junto a Kugisaki para hablar de tonterías. Megumi pensó por varios minutos si debía acercarse y hablar con Sukuna, quien seguía comiendo en silencio. Así que, no pensó demasiado y tomó asiento junto a él.

- Hey, ¿estás bien? - Megumi habló, posando su mano sobre el brazo del pelirosa, mirando su rostro.

- Si, si, estoy bien. Solo estoy cansado. - le dio una media sonrisa. Si lucía cansado, tenía ojeras bajo sus ojos.

- ¿Seguro? - Fushiguro ladeó su cabeza, y su pulgar dio una pequeña caricia a su brazo. - No creo que sea solo eso...

Sukuna sentía demasiado con estas acciones del pelinegro, su corazón latía a mil por segundo, ¿por qué estaba actuando así? No es que se quejara, pero le sorprendía que hiciera tanto contacto físico... no es normal en Megumi.

- Haa, es solo... me siento estresado, anoche no dormí mucho investigando, y siento que todo me male sal. - Megumi rió suave. Sukuna suspiró pesado. - Era, sale mal.

Terminó contagiándose de la risa del pelinegro, logrando relajarse un poco. Ambos continuaron comiendo, hablando sobre trivialidades, olvidándose de su estrés académico. El pelinegro lucía muy alegre, cómodo y cariñoso con Sukuna, haciendo que se pregunte si será posible volver a besarlo y acariciarlo como aquella mañana.

No lo mal entiendan, no quiere solo llevárselo a la cama... él quiere todo. Sus risas, sonrisas, sus enojos, su llanto. Él es todo. Y se pregunta qué es él, para el chico a su lado.

Yuji y Nobara continuaban conversando en su mundo, y a un volumen bastante alto.

...

Luego del almuerzo, cada uno continuó sus clases en sus respectivas facultades. Para la hora de salida, Megumi se encontraba esperando a Nobara, quien le había pedido que fueran por un café. Tuvo que esperarla casi una hora, así que, aprovechó de estudiar en la biblioteca, luego la esperó en la salida.

Cuando la chica llegó a donde el estaba, caminaron juntos hacia el lugar, el cual quedaba bastante lejos de la universidad. Kugisaki decía que tenía el mejor café. Además, uno de los meseros era muy guapo, por lo que el lugar siempre estaba lleno de clientes, en su mayoría chicas.