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La casa de Megumi era un caos.

Satoru Gojo, a pesar de tener 41 años, sigue siendo un niño, y su esposo Suguru Geto, lo sabe.

Así que verlo tener una competencia "a muerte" de Just Dance contra sus hijas adolescentes, Mimiko y Nanako, y Sukuna, no era algo sorprendente. De hecho era bastante normal.

Mientras el caos ocurría en la sala, en donde llevaban como una hora bailando, Megu y Geto hicieron un viaje a la cocina para tomar unas botanas y refrescos, para llevar.

- ¿Está todo bien entre ustedes? - habló Suguru a su hijo.

- ¿Entre quién?

- Tú y Sukuna. - el chico intentó ocultar cualquier mueca que pudiera hacer su rostro. - Siento una vibra extraña...

- ¿Eh? Si, está todo bien. Solo, me preocupa que lo tengan así, si está agotado. - refiriéndose a la competencia.

- Tranquilo, si dijo que podía manejarlo, estará bien.

Geto tenía sus dudas sobre si eso era lo único que se sentía extraño entre ellos, pero no mencionó más. El ver a su hijo nervioso y tratando de ocultarlo, le revelaba mucho, y con eso es suficiente. Así que, con las cosas en mano, vuelven a la otra habitación, en donde ocurría una discusión.

- ¡No es justo! - alegaba Mimiko.

- ¡Papá! Deja de ganar todo. - refunfuñó Nanako.

- Ay niñas, deberían saber que su papi es el rey en esto. - se jactó el mayor, abrazándolas con fuerza, recibiendo un puchero de ambas.

- Juguemos el último. En parejas.

- Bien. - Gojo miró a los otros dos, que estaban dejando lo que habían traído, sobre la mesita de café. - Entonces, Suku, ¿tú conmigo?

- ¡A la orden! - hizo un saludo militar, con la mano pegada a su coronilla.

- Bien Mimiko, debemos ganar. - ambas chicas asintieron, chocando los cinco. - Bailaremos "Timber", esa con el pandita.

- Okay, la pareja que saque mejor puntuación, ganará... - Gojo se lo pensó un momento. - 10.000 yenes.

- ¡Sii! - dijeron las chicas.

- Bueno Suku, hay que ganar esto. - chocaron los cinco.

Decidieron que pareja bailaría primero con un "piedra, papel o tijeras", ganando las chicas. Al terminar la canción, esperaron los resultados, tuvieron un puntaje bastante alto. Luego de que terminaron, la siguiente pareja bailó.

Megumi veía todo desde el cómodo sofá, riendo de vez en cuando. Le agradaba que su familia se llevara tan bien con él.

Viendo al chico bailar y saltar, recordó lo cansado que estaba, aún así, se veía que disfrutaba el momento. Y claro, solo a él se le ocurría llevarlo a su casa con su familia hiperactiva. Que idiota, Megumi.

- ¡Nooo! Por un punto. Un. Maldito. Punto. - se lamentaba exageradamente Gojo.

- Satoru, tú ya tienes dinero. - reprochó Geto. Las niñas reían alegres y hacían un saludo chocando las palmas.

Al final, terminó dándoles el dinero, el cual se repartieron mitad y mitad. Todos se acercaron a la mesa, para reponer energías comiendo. Sukuna se sentó a un lado de Megumi en el sofá, quitando algo de sudor de su frente. Los demás se sentaron al rededor de la mesita, en el suelo.

- Lo siento...no esperaba que estuvieran todos aquí. Menos que te hicieran jugar. - se lamentó el pelinegro. Sukuna rio levemente.

- Tranquilo, esta bien. Es divertido, y no podía decirle que no a tu papá.

Brother's best friend. - SukuFushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora