Amar significa matarte ||Wriolette

01.-

Para esta historia me he inventado un Dios, no es ninguna religión real para no ofender a nadie. Espero que tengan eso en cuenta, todo lo q hay acá es hecho para la historia.

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Los seres humanos están condenados a la miseria, han vivido su vida de forma tranquila pero algún día sufrirán las consecuencias de sus actos, Dios odia a los humanos por haber hecho algo que nunca imaginó que pasaría, era posible pero no creyó que serían capaces de hacerlo.

El había enviado a sus ángeles para cuidarlos de cualquier mal pero en vez de que todo saliera como lo tenía planeado los humanos encontraron la forma de decepcionarlo, empezaron a tener relaciones amorosas con ellos incluso llegando a tener hijos, a Dios no le gustó e impuso que los angeles y humanos no podian enamorarse, si lo hacían serían castigados, ahora jugaría con sus vidas enviando ángeles esperando a que no lo traicionaran, algunos existen solo para vigilar, esperan encontrarlos en el acto para luego llevarlos a un lugar en donde los castigarían.
El cielo no es un lugar lindo, ahí hay lugares crueles dedicados a el entretenimiento por el sufrimiento de un humano. El ángel y el humano serían castigados, humillados y separados de tal forma que ambos queden con heridas irreparables.

Neuvillette era un ángel hecho solo para buscar y acusar, no tenía mucho poder sobre los demás y había sido castigado muchas veces por no hacer su trabajo, acabar con la felicidad de las personas no era lo suyo pero debía seguir haciéndolo porque ese era su trabajo.

A pesar de que todos sabían que un humano no podía juntarse con un ángel era mucho más común de lo que parecía por lo que debía acabar con la vida de muchas personas, no los mataba directamente pero si los llevaba a la muerte.

Las olas golpeaban las rocas con fuerza, era una noche agitada, sobre una gran roca se encontraba Neuvillette sintiendo la adrenalina de esperar a ser golpeado por el mar, el viento movía su cabello con fuerza y hacia mucho frío.
Vestía un abrigo y una bufanda, era invierno y las noches eran heladas como el hielo.

Había estado llorando hace unos minutos, deseaba con toda su alma dejar de ser un ángel, se consideraba a si mismo un asesino.

Una ola golpeó tan cerca que lo hizo darse cuenta de que lo hacía era demasiado peligroso, con cuidado se alejó pero era muy complicado, no podía bajar y el no era un ángel con alas, muchos ángeles no tenían alas y el era uno de ellos. 

No, no quería sufrir, miró el mar y luego la arena, una gran ola venía y si no bajaba de ahí podría golpearlo.
Rápidamente miró a todos lados buscando alguna forma de bajarse hasta que encontró una pequeña bajada, era peligroso pero más peligroso sería quedarse ahí sin intentarlo.
Sus zapatos estaban mojados y apenas podía afirmarse.

Al apoyar su pie se resbaló y cayó, aún faltaba por llegar a la orilla, debía nadar un poco ya que la marea había subido bastante, sin pensarlo más se tiró al agua dejando de lado el frío, una fuerte corriente lo llevaba hacia dentro y sus fuerzas se agotaban. No era divertido, estaba cansado y ya no daba más así que solo cerró sus ojos y asumió que todo terminaba ahí pero un niño lo vió todo y corrió por ayuda.

"¡Alguien se está ahogando en la playa, ayuda!".

Todos parecían dormir pero él sabía a donde ir, a casa de alguien en quien confiaba.

Neuvillette no moriría ahí, tampoco sabía si un ángel podía morir así pero cuando ya estaba tragando una gran cantidad de agua alguien lo salvó, llevó su cuerpo a la orilla e intentó hacer que botara el agua pero cuando el peliblanco abrió sus ojos sintió un escalofrío, estaba frente a un ángel, era la primera vez que veia a uno de verdad.