Las niñas que conocimos.

8.

Capitulo 8: Escuela 2/2.

— ¡Buttercup! ¿Que sucedió? ¿Quien fue el engendro que te hizo esto?.

Butch rápidamente se agachó para intentar tocar su rostro pero Buttercup dió un paso atras y giro su rostro ignorandolo, Butch se quedo helado.

— Quiero ir a casa.— dijo en alto y se apresuró a pasar aún lado de Butch y tomar la mano de Boomer.

Brick y Boomer se miraron, ambos preocupados por el estado de su hermanastra azabache pero ambos supieron que no podrian sacarle nada de información. Brick le dió unas palmadas a Butch para que se levantara, tomo en brazos a Blossom y miró a la amable profesora.

— Muchas gracias por cuidar de las niñas, ahora nos encargaremos nosotros.— dijo en un tono respetuoso que usaba muy a menudo con los adultos.

La profesora Keane asintió— Si descubren que sucedió, avísenme. No permitiré ese tipo de tratos entre mis alumnos.

Brick asintió y se marcho con sus hermanos al punto de encuentro del profesor. Buttercup caminaba sin decir nada y con la cabeza gacha, sentía las miradas de sus hermana y hermanastros.

Especialmente la tensa mirada de Butch.

Cuando llegaron al punto de reunión el profesor quedó sorprendido por el rostro de su hija, bajo del auto para verla mejor pero aun asi Buttercup no dijo una palabra en todo el camino, fueron al hospital donde limpiaron las heridas de Buttercup y fueron a casa.

— ¡Buttercup!.

Sin esperar más Buttercup corrio escaleras arriba tirando su mochila con brusquedad, Blossom y Bubbles la siguieron con sus ojitos llorosos, los chicos también fueron detrás de la pequeña, Jonh observo preocupado por dónde iba su hija pero quiso darle su espació ya que conocía como era su hija.

Miro la mochila en el suelo de Buttercup y decidío levantarla, allí encontró varios papeles hecho bolitas.

Mientras tanto, Buttercup se había encerrado por dentro en su armario. Blossom y Bubbles tocaban con suavidad la puerta.

— Buttercup hablemos ¿Que te paso? ¿Quien te lo hizo? Juro que como tú hermana mayor te vengare.— decía la ojirosa intentando abrir la puerta.

— ¡Yo voy a morderlos! ¡No les voy a prestar mis lapices y les sacaré la lengua!.— lloriqueo Bubbles dando golpecitos en la puerta del armario.

Ambas sollozaban muertas de la preocupación por Buttercup, se sentían inmensamente culpables por no estar allí con ella cuando sucedió, para ellas Buttercup debió sentirse sola o desesperada por ayuda. Solo cuando Buttercup no llegaba al salón supieron que algo sucedía y se confirmo cuando llegó la enfermera al salón.

— Déjenme sola... No quiero ver a nadie.

Dentro del armario, Buttercup abrazaba con fuerza su mantita verde de bebé la cual guardaba para ocasiones importantes. Ya no la necesitaba tanto como para dormir o salir con ella, pero esa mantita la reconfortaba, quizás porque su mamá siempre se la daba cuando estaba triste.