Capítulo 10: Palabras peligrosas

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¿Me extrañaron? Aquí Hater

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¿Me extrañaron? Aquí Hater. ¿Ya vieron las fotos de nuestro querido príncipe rompe corazones con una desconocida?

Dulce Reign, y yo que pensaba que preferías a tus mujeres... algo diferentes, no importa, todos sabemos que se te pasará la emoción dentro de cinco minutos. Ahora ¿quién será la afortunada... o desafortunada? Pobrecita, hasta yo estoy siento lástima por ella. Un beso, solo para ustedes.


Mara

Me llevé las manos a la cabeza, intentando ignorar la jaqueca que estaba sintiendo. Lo peor que estaba experimentando en mi vida en aquel momento no era el dolor de cabeza o el resfriado que estaba atravesando debido a la lluvia, sino el constante miedo de que las fotos con cara medio borrosa siguieran apareciendo en redes sociales.

Le agradecía a los cielos de que nadie me hubiese mencionado nada hasta ahora, excepto por el equipo de Sotfcore, quienes se habían comunicado conmigo para decirme que lo resolverían y siendo tan eficientes como lo esperarías del departamento de medios de la banda de rock más famosa del momento, lo solucionaron en un santiamén.

Su asistente, incluso me había pedido disculpas por la invasión a mi privacidad, cosa que me sorprendió.

Farsante: ¿Qué llevas puesto?

Puse los ojos en blanco al leer el mensaje que acababa de enviar mi amigo por correspondencia en línea. Dándome cuenta que, de cierto modo, habíamos desarrollado una dinámica extraña, pero funcional, la cual consistía en que si uno de nosotros no enviaba su respuesta al último mensaje, entonces esa persona debía ser la primera persona en escribir.

La vez anterior, cuando estuve en casa de Reign, el último mensaje del hilo había estado de mi lado de la conversación, por consiguiente, el que acababa de llegar, era del suyo.

A Farsante le encantaba ponerme de los nervios y en el poco tiempo que llevábamos hablando, me había dado cuenta de que tenía un humor de mierda y que si quería cortarle la movida, a veces tenía que seguirle el juego.

Masoquista. Era una persona muy masoquista y con un humor muy negro.

Odio: Una camiseta y debajo solo un par de bragas.

¿Quieres ver?

Farsante: Joder, esa es mi chica.

El corazón me latió con rapidez. ¿Por qué mi estómago acaba de agitarse con frenesí al leer sus palabras? Acababa de llamarse su chica, pero eso no era en serio. Era parte del pequeño juego interno que teníamos para provocarnos —y molestarnos—, el uno al otro.

Aparte ese pensamiento abstracto al fondo de mi mente y rápidamente teclee una respuesta:

Odio: Tal vez pertenecieron a tu abuela.

Ella sabe que le mientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora