ONLY THE BRAVE / JEGULUS.

Estado de la Nación

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"Estás sangrando en mi escritorio", señala Regulus, dándole a Remus una mirada que indica que será mejor que se limpie o de lo contrario.

Resoplando con indignación, Remus se quita la camiseta (o lo que queda de ella) y la usa para limpiar la sangre en el escritorio antes de sostenerla contra la herida en su hombro. Regulus nota con gran interés que él también tiene tinta. ¿Qué pasa con la gente de la Orden y los tatuajes muggles?

Tiene la intención de preguntarle a Remus cómo, exactamente, funcionan y cómo se consiguen cuando Remus habla y descarrila esa línea de pensamiento.

"Sigo pensando que deberías dejarme ir mañana", dice Remus, no por primera vez esta semana.

"No", dice Regulus, tampoco por primera vez. "Deja de preguntar, es molesto y no voy a cambiar de opinión, así que, en realidad, es sólo una pérdida de tiempo".

"Han pasado siete semanas. Casi dos meses, Regulus. Deberíamos pensar como comunicarme con la Orden en algún momento", insiste Remus, frunciendo el ceño ante la herida que simplemente no deja de sangrar.

"Eres un muchacho inteligente", dice Regulus de manera un tanto condescendiente. "Estoy seguro de que si lo piensas, podrás ver cómo mostrar tu rostro durante una maldita batalla en la que el mismísimo Señor Oscuro se va a unir no es una buena idea".

Remus aprieta la mandíbula, pero sí. Han hablado de ello. Por qué es peligroso que Remus vaya. Él distrae y Regulus no puede darse el lujo de que nadie se distraiga mañana. Los planes están establecidos. Las cosas están en movimiento. Y gracias a su astucia y a pesar de las protestas de Bellatrix, Regulus logró ubicarse en el equipo de ataque, no en el equipo sigiloso. Severus se encargará de eso.

"Es sólo que... no me gusta", gruñe Remus, luego maldice en voz baja, los restos de su camiseta empapados en su herida. "No deja de sangrar".

Empujando su silla hacia atrás con bastante brusquedad para alguien que normalmente se mueve con gracia, Regulus se levanta y rodea el escritorio para acercarse a Remus. "Quitate ese trapo", dice, sacando su varita. "Esto me está molestando."

Remus obedece, exponiendo una marca de mordida en forma de dientes perfectamente humanos. Regulus se pone a trabajar para curarlo. Todavía es brillante en eso. Se necesitan cinco minutos para que deje de sangrar y se cierre. En su antebrazo, hay una palabra grabada en la piel que Remus llevará por siempre. 'Bestia' escrita por Bellatrix con su cuchillo. Ninguno de los dos lo reconoce. Remus aprieta y afloja sus puños magullados todo el tiempo, pero no le pide a Regulus que le cure los nudillos. Regulus no se ofrece a hacerlo.

"Sigo pensando que deberías dejarme decirle a Moody que al menos lo logré", murmura Remus a través de un cigarrillo nuevo, encendiéndolo con la punta de su varita.

"No tiene sentido", responde Regulus. "No puedes darles ninguna información que puedan usar de todos modos y que piensen que te has puesto del lado de Riddle de verdad sólo les hará entrar en pánico".

"Tienes muy poca fe en ellos", observa Remus. No comenta sobre el nombre 'Riddle' porque Regulus le ha estado proporcionando información lentamente durante las últimas semanas.

Remus ha demostrado ser un buen aliado. Es jodidamente inteligente, lo cual Regulus aprecia, y despiadado cuando tiene que serlo. Desde que Regulus le salvó la vida, Remus ha disputado el control de casi todas las manadas que han jurado servir a Riddle.