Capítulo 2

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Pov Tom:

Llegue a mi casa después de estar toda la tarde en el despacho terminando algunos asuntos que había pendientes, ya eran al rededor de las 8 de la noche y lo único que quería era darme un largo baño caliente e irme a dormir.

Pero hoy no podía permitirme descansar, pues una hermosa carita de ojos maquillados con sombra negra y gruesos labios rojizos se había colado en mi cabeza.

Tenía que buscar alguna manera de acercarme a Bill pronto, no podía simplemente sentarme y esperar a que otro hombre lo salvara y lo reclamara como suyo antes que yo.

En lugar de seguir mi rutina con naturalidad, entre a mi closet y busqué un cambio de ropa limpia, algo relajado, una simple camiseta blanca, una chaqueta negra y pantalón del mismo color, un par de zapatos y con eso me bastaba.

Entre al baño para darme una ducha rápida y recortarme un poco la barba, tampoco demasiado pues me gustaba el aspecto maduro que me daba el llevarla un poco más larga de lo usual.

Me perfumé el cuello, el pecho, las muñecas y por último me lave rigurosamente los dientes, me di una última mirada en el espejo y decidí que ya estaba listo.

Me subí a mi auto y 30 minutos después estaba afuera de aquel bar que era mi favorito por varias razones: las bebidas eran deliciosas, la música siempre era de mi agrado, estaba ubicado en uno de los mejores puntos de la ciudad y uno de mis mejores amigos trabajaba ahí así que podía gozar de algunos privilegios.

Antes de entrar al lugar rogué mentalmente encontrar a la madre de Bill allí, si no toda mi noche estaría tirada a la basura.

Camine entre la multitud hasta llegar a la barra que estaba tenuemente iluminada por luces fluorescentes de colores llamativos, un hombre de lentes y cabello rubio se acercó a mi del otro lado de la barra cargando con un vaso de coctelería, mi sonrisa se ensanchó el verlo.

–¿Le ofrezco algo señor? El favorito de esta semana es el cóctel Jack Rose– ofreció el rubio con seriedad.

–Lo que faltaba, ahora ya no me reconoces ¿aumentó
tu grado de miopía o qué?– comenté agitando mi mano de un lado a otro frente a sus ojos.

Gustav alejó mi mano de su cara con un manotazo y entorno sus ojos hacia mi con furia.

–Mmm, discúlpeme de verdad no lo reconozco, pero creo que un hombre BASTANTE parecido a usted me prometió ir a ver el último partido de la temporada conmigo y no lo hizo. –declaró el de lentes visiblemente molesto.

–Eres un dramático, ya me había disculpado contigo por eso– le mencioné rodando los ojos

–Quisiera seguir enojado contigo más tiempo pero luego no voy a encontrar quien me saque de apuros cuando esté metido en alguna mierda ilegal.

–Si si Gustav, ambos sabemos que no eres capaz de matar una mosca y antes de que digas algo, tráeme un whisky en las rocas por favor. 

Gustav solo se quedó callado y me mostró su dedo medio para en menos de un minuto poner la bebida que le había pedido frente a mi.

–¿No está envenenado?– pregunté con una sonrisa de lado mientras daba un trago a mi bebida.

–Lo consideré– me respondió el rubio con una sonrisa.

Ambos comenzamos a reír y charlar tan animadamente que casi olvide la razón por la que estaba allí en primer lugar, no fue hasta que divise una cabellera rubia saliendo de uno de los baños del bar que me desconecté de la platica que tenía con Gustav.

–Oye Gus, lo siento tengo que ir al baño, regreso enseguida– dije sin apartar la mirada de la madre de Bill

–¿Ok?–me respondió alzándose de hombros.

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