III

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Los meses habían pasado, y con ello, la dulce Omega Amity Blight estaba entrando en celo, estaba encerrada en su habitación temblando y diciendo una y otra vez que necesita el aroma de aquella dulce Alfa.

- Cariño, tranquila, espera unos momentos más y todo va a estar bien. - animó Odalia intentando calmar a su hija, quien estaba temblando y lubricando.

- Mamá... La necesito, necesito a Lucy. - Dijo la Omega en tono de súplica, viendo todo el desastre que había causado previamente.

Amity se había asegurado de que tenía una chaqueta de Luz en alguna parte, sacó toda su ropa del closet buscándola, el lubricante estaba por todos lados y sus cosas desorganizadas.

Sumado a eso, pensó que tal vez aquella prenda estaba en el cuarto de lavandería, por lo que también había ido a ese cuarto a buscar la chaqueta.

Pero nada, tal vez ya se la había dado a Luz y no se había dado cuenta.

O lo había olvidado.

Amity estaba tan desesperada por tener a la Alfa cerca de ella, quería sentir su aroma para que pudiera tranquilizarse.

Por la desesperación de su cachorra, Alador y Odalia decidieron llamar a Luz para que trajera algo de ropa suya.

Tuvieron que explicarle que Amity estaba en celo. Luz rápidamente dijo que ya iba en camino.

La Noceda no quería que su Omega estuviera mal. Sabía que si no tenía algo de la Alfa con ella, la Omega podía enfermar o estresarse mucho. Algo que a Luz le hizo suspirar, enamorada.

"Amity necesitaba de su aroma".

- Mamá, por favor, mamá, ayúdame. - Suplicaba Amity con lágrimas en sus ojitos.

La omega sentía su interior arder demasiado, en sus celos anteriores nunca había sentido eso.

No hasta que Luz inició el cortejo.

- Tranquila, cachorra, mamá y papá ya tienen algo en mente, solo estamos esperando a que "eso" llegue pronto. - Dijo Odalia preocupada, acariciando la cabellera de su cachorra.

- Mamá, por favor, siento mi cuerpo arder demasiado, ya tomé un supresor pero no hizo efecto. Mami, ayúdame. - La Omega menor lloraba mientras grandes chorros de lubricante bajaba por sus piernas.
Odalia solo miró triste a su pequeña hija necesitada, sabía que Amity necesitaba a Luz en este momento, aunque aún no eran oficialmente pareja, habían creado un vínculo demasiado fuerte y lleno de amor.

......

Luz ya había llegado, estaba tan preocupada por su pequeña Omega que haría todo lo que fuera por ella.

- Señor Blight, aquí está la ropa que ustedes me pidieron. - Dijo Luz con dos bolsas en sus manos.

- Gracias, Luz, dámelas, le diré a Amity que le mandaste esto.

- ¿No puedo pasar a verla? - Preguntó la joven Alfa viendo al Alfa mayor.

- Luz, una vez que Amity te vea no va a dejar irte, y lo más seguro es que ambas terminen haciendo algo de lo que luego se arrepientan de hacer. - Dijo el Alfa rascando su nuca

- Está bien, señor Blight, gracias, espero que cuando Amy mejore pueda sacarla a una cita. - Dijo la Alfa para sí misma, sonriendo.

- Y yo estoy más que seguro de que a 'Amy' le gustará salir contigo cuando esté mejor. - Aseguró el Alfa mayor, tocando el hombro de la joven Alfa frente a él.

- Bien. Nos vemos, señor Blight, espero que mi linda gatita se recupere pronto. - Luz hizo una reverencia y se dirigió al auto de sus padres.

Luz sabía manejar, por lo que varias veces llevaba a Amity a citas románticas por varios lugares hermosos de la ciudad.

Encendió el auto y partía rumbo a su hogar. Tenía el corazón en la boca, estaba realmente preocupada por su Omega, no quería que se sintiera rechazada por 'haber preferido' llevarle ropa que ir ella personalmente. Ella nunca preferiría eso.

Por su parte, Alador llamó a su Omega para que le diera la ropa de Luz a Amity, él no quería acercarse a su cachorra en celo.

- Listo, cariño, aquí están las ropas de Luz, dáselas a Mittens para que se sienta mejor. - Alador le entregó aquellas bolsas a Odalia.

- Está bien. Enciende el auto, debemos dejar a Amity un rato sola. - Dijo la Omega tocando el hombro de su Alfa

- Si. Por favor dale esas advertencias a Amity sobre lo que puede o no hacer. - El Alfa miraba preocupado a su Omega.

- Tranquilo, Mittens sabe lo que tiene que hacer, si ella quiere hacerlo lo hará, y si no quiere, entonces no hará nada.

Si la joven Omega quisiera utilizar las ropas de Luz para su placer, podía hacerlo.
Y si no quería, simplemente construiría un nido con la ropa de esta y estaría ahí por bastante tiempo.

Alador y Odalia eran consientes de que su pequeña cachorra ya tenía y sentía más cosas con aquella Alfa.

Incluso ya necesitaba de su aroma para poder calmarse un poco.

Odalia subió al segundo piso, se adentró al cuarto de su cachorra en celo y ahí la vio, apenas entró con aquellas bolsas vio como su cachorra comenzaba a olfatear el aire.

Amity sintió el dulce aroma de la Alfa que tanto amaba cerca, logró localizar el dulce aroma en esas bolsas.

Amity sintió como su calor disminuía un poco.

El dulce aroma de Luz logró calmar a su celo.

O casi lo logra.

Sweet AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora