VII

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Al día siguiente ambas llegaban tomadas de la mano al instituto. Varios Alfas miraron con recelo la escena.
¿Por qué la Alfa-Omega iba de la mano con la pequeña y tierna Amity Blight?

Previamente cuando ambas llegaron de su cita, los padres de Amity felicitaron a la reciente pareja, les desearon lo mejor para ambas y, obviamente, Alador amenazó lo suficiente a Luz para que nada le pasara a su cachorra.

Volviendo al instituto, la Alfa y la Omega iban caminando hacia sus casilleros, obviamente aún tomadas de la mano.

Y claro, no faltaron la críticas de las demás personas:
"¿Esa Alfa que parecía una Omega tenía algo con la Omega más codiciado entre los Alfas?", "¿Por qué la Omega tenía una marca?", "¿Acaso algún Alfa ya había marcado su territorio?". Eran algunas de las preguntas constantes que se escuchaban por dónde pasaran.

- Hey, ustedes. - Llamó la atención una Alfa, acercándose a la pareja.

- Oh, hola Boscha, ¿Se te ofrece algo? - Preguntó Amity amablemente, con una sonrisa.

- Solo quería preguntar quién se atrevió a marcar a mi Omega, necesito enseñarle que con la propiedad privada no se juega. - Boscha apretó sus puños, mirando a ambas.

Obviamente no sospecharía de Luz, aquella Alfa color rosa le daba aires de ser una muerde almohadas.

Qué equivocada estaba.

- ¿Per-perdón? - Dijo la Omega sintiéndose intimidada.

Luz notó que su Omega empezaba a preocuparse, puso a Amity detrás de ella y empezó a gruñir.
Nadie se iba a meter con su Omega nunca más.

- ¿Y tú qué, Alfa-Omega? ¿Intentas proteger a tu amiguita? - Se burló Boscha.

- Para tu información, mi "amiguita" realmente es mi Omega, así que te pido amablemente que no vuelvas a hacer ningún comentario así al respecto. - Luz estaba liberando feromonas para tranquilizar a la Omega, a pesar de estar molesta.

- ¿Tú y mi dulce Amy? ¡Ja!, Una desviada como tú sólo saldría con alguien que le empuje las tripas. Eres tan pasiva que le pagarías a otro Alfa por dejarse hacer una mamada. - Boscha empujó a Luz, burlándose de ella.

- No soy ninguna 'pasiva' así como dices, soy una Alfa, y respeto a los Alfas que decidieron llevar su vida como Bottoms, pero no soy de esos. Ya tengo planeado mi futuro con Amity y vamos a tener cachorros. - Afirmó Luz.

- ¿Pero quién los va a tener, tú o Amity? - Boscha se rió de su comentario aún viendo a Luz con burla.

- Obviamente mi dulce Omega, pero a todo esto, ¿A ti qué te importa? - Luz estaba cada vez más molesta por la actitud arrogante de la otra Alfa.

- Me importa demasiado, ¿Sabes qué pasa cuando te metes con lo de Boscha? - Interrogó la Alfa apretando sus puños.

- Mira, Boscha, te pido amablemente que dejes de decir que Amity es de tu propiedad, Amity no es un objeto, ella es libre de elegir con quién quiere o no quiere estar.

- ¡Por Dios, Luz!, nadie se va a creer que Amity es tu Omega. - Boscha estaba estallando en risas.

Luz era muy pacífica, pero si odiaba algo era que en este preciso momento alguien se estuviera metiendo en su relación con su Omega.

Luz tomó del cuello a Boscha.

- Mira, maldita imbécil, quiero que te entre en tu pequeño cerebro que a mí y a mi Omega nadie nos va a molestar. ¿Te quedó claro o tengo que apretar más tú cuello? - Luz estaba literalmente levantando a Boscha.

Boscha solo asintió de miedo, luego de que Luz la dejara caer se levantó y se fue corriendo de ahí.

Tanto Luz como Amity quedaron impresionadas, ¿De dónde habrá Luz sacado tanta fuerza?

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Luz y Amity habían organizado una cena familiar, ésta vez era la unión de dos familias. La familia Noceda y la familia Blight.

Mientras los Alfas de ambas familias platicaban en la sala, los Omegas de ambos Alfas estaban preparando la comida, ambos Omegas habían insistido a Luz y a Amity que no cocinaran ellas, que disfrutaran de estar juntas y que ellas se encargarían de hacer la cena.

A Luz y a Amity no les quedó más de otra que aceptar la petición de sus madres, así que ellas simplemente subieron a la habitación de Amity.

Si algo amaba Luz, aparte de a Amity, era el cuarto de la Omega, paredes pintadas de lila, posters, peluches y figuritas de acción por doquier. Era una habitación muy linda.

Porque mostraba cómo era la Blight.

Ambas se habían recostado en la cama, Luz primero y encima de ella su pequeña Omega oliendo el aroma que la Alfa desprendía en ese momento.

- ¿De verdad te gusta tanto mi aroma, amor? - Preguntó Luz acariciando la cabellera de Amity.

- Sí, Lucy, es el mejor aroma de todos, lo amo tanto que lo quiero oler todos los días. - Dijo la Omega oliendo el aroma de Luz. Pasaba su naricita por todo el pecho de la Alfa

- Y yo amo que estés encima mío, pequeña, amo que yo te guste. - Dijo la Alfa acercándose como pudo a la cabecita de la Omega, plantando un besito en esta.

Amity sólo se aferró más a aquella Alfa, una Alfa que se había vuelto demasiado importante para la pequeña Omega.

Luz y Amity siempre hacían lo posible para demostrar cuánto amor tenían para dar, y eso hacían. Ambas llenaban el día de la otra con demasiado amor y muchos mimos, incluso sus mismos padres ya estaban muy cansados de ver todos esos dulces y empalagosos momentos entre la Alfa y la Omega. Decían que "se les sube el azúcar"

Pero no podían hacer nada, ambas se amaban demasiado y no querrían que ellas dejaran de demostrar su inmenso amor.

Sweet AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora