Dolor & Venganza (Lucifer x Alastor)

3-3

En el hotel, en la barra, Angeldust buscaba entre los muebles algo con bastante insistencia.

-Es necesario que... revuelvas todo el lugar? En verdad no quiero trabajar aún más - Le comentaba Husk en aquel tono de voz grabe-.

- Es que por aquí dejé una reserva especial...- continuó buscando –

- ¿Por qué dejaste algo así aquí donde todos vienen a beber?, seguro alguien ya se lo llevó, ¿cómo era?.

- Ya me di cuenta, casi no queda alcohol de hecho, es una barra pobre -AngelDust se incorporó re organizando un poco sus ropas tras reír- Una botella azul con dorado, parece whisky – Comentó volviendo a tomar asiento tras la barra. -

-Ah... Muy tarde, se la bebió ayer Alastor– Comentó el felino antes de re organizar un poco lo que Angel había dejado fuera de lugar, la verdad este último tenía razón, era tan poco lo que había en la barra que no podía llamarlo exceso de trabajo-

- Espera... ¿Qué? ¿Y se la bebió por completo? - Dijo alarmado, aunque con un deje de diversión-

- Si, últimamente no bebe menos de una botella- Husk hizo una pausa reparando en la reacción de Angel- ¿Qué tenía de diferente esa "reserva especial"? -

- Angel ocultó unas cuantas risas bajo una de sus manos- Es que...es que...era un afrodisiaco...-

- ¿Qué? -

- El venadito debió estar perdiendo la cabeza...- Angel continuó riendo imaginándose la extraña y divertida situación-

- Quizá aparece de mejor humor. - sonrió ligero Husk un tanto contagiado por las risas del contrario-.

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Entre abrió sus ojos con lentitud, aclarando la vista, era el techo de su habitación, ¿Qué había sucedido?, se sentó lentamente y puso una mano sobre su frente, tenía un fuerte dolor de cabeza.

—Hasta que despiertas, pensé que te habías muerto otra vez —.

—¿Eh? — musitó Alastor.

Lucifer se encontraba sentado en su habitación, en una silla un poco más allá , entonces el ciervo recordó todo de golpe y terminó sintiendo el rostro completamente rojo, ¿Qué mierda había hecho? habían demasiados espejos, tenía que tratarse de un mal sueño. Mientras las imágenes recorrían su cabeza una y otra vez de formas bastante explícitas veía al ángel caído tan tranquilamente sentado en su habitación, no supo que decir, todo era demasiado surreal.

—Llevas durmiendo 3 días, te alocaste en serio— expresó levantándose y yendo hacia el ciervo — tú ya debes saber esto, pero ...los demonios no pueden quebrar sus contratos y pactos o morirán, si vuelves a tratar de romper esa regla ...no solo te sentirás débil como sucedió, vas a morir. —

Claro que Alastor sabía aquello, era algo muy básico.

— Prefería morir que volver a coger contigo — se limitó a responder tratando de ignorar el hecho de que habían terminado cogiendo y hasta besándose — para que veas lo mucho que te odio ...—

—¿Puedes jurar...que me odias tanto como estás diciendo ahora? — Lucifer se sentó a su lado y le observó con seriedad.

Esa estúpida pregunta sonaba demasiado seria y le tomó por sorpresa, tenía ese tono de ser una orden.

— Eh...— Alastor desvío la mirada un poco confundido por la actitud del rey— Si.

—Lucifer finalmente le tomó desde la nuca acercándole con suavidad robándole un beso, pequeño y fugas — Nos vemos más tarde, descansa —.