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Juego de ilusiones

— Mírame ...— aunque fuera un tono de voz suave eso era una orden.

—A regañadientes el ajeno le observó — ¿Algo más, majestad? — odiaba recibir órdenes, aun así el silencio se prolongó lo suficiente para que logrará que Alastor se sintiera incómodo y no pudiera continuar manteniéndole la mirada al contrario más este tomó el rostro del demonio desde la barbilla y aunque fuera con delicadeza le obligó a volver a verle . — Esto es...muy freaky, hasta para ti...—

Alastor a penas logro terminar la frase y Lucifer habló.

— Di...que me amas ...—

—¿Qué? — sorpresivo fue para el ciervo, pero no obtuvo más respuesta, por la expresión que Lucifer mantenía en el rostro parecía que hablaba en serio. —

¿Por qué le estaba pidiendo aquello?, se lo pensó unos instantes y llegó a la conclusión que quizás sería divertido jugar con las necesidades de afecto del Rey, de todos modos...eran solo palabras.

— Te amo. — entre cerró sus ojos con una sonrisa.

En ese momento Lucifer sintió que su corazón se estrujaba, le dolía por qué claramente no era cierto, pero a su misma vez disfrutaba la ilusión, era un espejismo.

—Di que me necesitas...—

— Te necesito...Lucifer — le susurró, podía percibirlo más tenso, acelerado, en especial cuando dijo su nombre y esto se le hacía muy gracioso por lo que acortó un poco la distancia —Te amo...Lucifer — murmuró ahora demasiado cerca de los labios del ajeno más apoyó sus manos sobre la cama, estirándose un poco pasando a susurrarle al oído — Te amo...Lucifer — hizo una pausa aferrándose al cuello del ajeno en un abrazo percibiendo como este se tensaba por completo — ¿Qué pasa? ... ¿No te gusta que te abrace?

El contrario guardó silencio, si todo era mentira, si sabía perfectamente que el otro solo le estaba jodiendo tal cual la vez anterior ¿Por qué le dolía tanto?, enterró su cabeza en el hombro de Alastor entonces sintió las caricias de este entre sus cabellos, no quería verlo o se quebraría, su tacto era una tortura, sabía que con ese fin el ajeno le acariciaba.

—Oh Dear, pensé que querías que te dijera que te amaba...— le dijo con aguda maldad disfrazado en un tono casi " dulce ". —

— Cállate...por favor cállate —.

—¿Caíste en tu propio juego...angelito? —.

Lucifer era orgulloso y no lo admitiría en voz alta, pero sabía que el demonio tenía la razón, por tal motivo nunca debía aceptar tratos con esas criaturas, pero allí estaba, dejando correr silenciosas lágrimas en el hombro de nada más ni nada menos que el mismo Alastor.

El demonio se separó un tanto y tomó entre sus largos y finos dedos el rostro de Lucifer , este observó hacia el costado con los ojos humedecidos en las silenciosas lágrimas que se le habían escapado y Alastor secó un poco de ellas con el pulgar, el demonio pensó...de una forma muy fugas que esa expresión le venía demasiado bien al contrario, entendía por qué la pintura del ángel caído era tan reconocida, realmente provocaba algo pero...Nunca se debía demostrar tanta debilidad frente al enemigo , ya con esto terminaba por confirmar que Lucifer era puro sentimiento.

— ¿Extrañas que te traten como lo hacía ella? — claramente no le decía esto en un acto de empatía, no, todo lo contrario, era para echar más sal a la herida.

Alastor desapareció en forma de bruma y apareció nuevamente tras el gobernante, abrazándole desde atrás, el cuerpo de Lucifer ...de aquella manera se sentía demasiado frágil, aunque sabía que no era así la sensación le agradaba, su cuerpo era menudo, pequeño, por lo que con ambos brazos podía rodearle por completo.

Dolor & Venganza (Lucifer x Alastor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora